Receta de ‘pasta e ceci’, o pasta con garbanzos

La pasta e ceci es una receta tradicional italiana que quizás a los habitantes de otras latitudes les pueda parecer sorprendente. Como su nombre indica, se trata de mezclar pasta con garbanzos en un rico sofrito. La receta más popular se hace con lagane, un tipo de pasta gruesa que recuerda a los pappardelle. Pero también se puede hacer con macarrones y su elaboración es sencilla.

Tienes que hacer un sofrito con una buena salsa de tomate y ajo, con algo de pimentón, que puede ser picante, y a la que se le añaden los garbanzos cocidos junto a un poco de su caldo (si los has cocido tú) o caldo de verduras. Después se mezcla la pasta en esta base y se sirve inmediatamente con queso. La suelen servir bastante acuosa, casi recuerda a una sopa muy espesa.

Pasta con garbanzos o ‘pasta e ceci’

Prepara los garbanzos:

Si usas garbanzos secos: Déjalos en remojo la noche anterior (unas 8-12 horas) con abundante agua. Luego, cocínalos en una olla con agua ya caliente, una hoja de laurel y un poco de sal, hasta que estén tiernos (1 hora y pico /20 minutos en olla exprés). 

Si usas garbanzos en conserva: enjuágalos bajo agua fría.

Haz el sofrito:

En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. 

Añade los dientes de ajo y la ramita de romero. Cocina suavemente durante 1-2 minutos hasta que el ajo esté dorado, pero sin quemarse.

Incorpora el puré de tomate (o los tomates frescos picados) y cocina durante unos 5 minutos, removiendo ocasionalmente.

Agrega los garbanzos:

Añade los garbanzos cocidos al sofrito y aplasta algunos con un tenedor para hacer un puré; esto ayudará a espesar el guiso. 

Mezcla bien y deja que se integren los sabores durante 2-3 minutos.

Vierte caldo caliente en la olla. Deja que hierva a fuego medio. Ajusta la sal y la pimienta al gusto.

Cocina la pasta:

Agrega la pasta directamente al guiso (también puedes cocerla aparte y luego mezclarla con el sofrito, es más sencillo).  

Cocina según las instrucciones del paquete, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue.

Si es necesario, añade más caldo para mantener la consistencia deseada (ni demasiado líquida ni demasiado espesa).

Sirve inmediatamente, cuando la pasta esté al dente.