Receta de ensalada de quinoa, con queso feta, espinacas y berenjena

La quinoa sabe bien. Próxima al cuscús en gusto y forma, pero más saludable (su índice glucémico es muy bajo). Armada en una ensalada es un plato completo: tendrá fibra, proteínas, vitaminas, minerales... Combina muy bien con las verduras salteadas a la plancha. El punto dulce del vegetal se enamora de la regia forma de este pseudocereal venido de América. Solo necesita un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, un punto leve de vinagre, la cebolleta que despierte su espíritu, tomate para que no se sienta tan sola tras su viaje transoceánico...

Perfecta comida o cena, un plato principal. La quinoa se debe lavar con agua para eliminar la saponina (compuestos amargos que contiene). Se pasa por el grito, no en remojo, y se frota bajo el agua. Algunos cocineros tuestan los granos para obtener un sabor a nuez. Se cuece luego con agua alrededor de un cuarto de hora (según las instrucciones del fabricante).

Receta de ensalada de quinoa, con queso feta, espinacas y berenjena

Ingredientes 4 personas:

• 200 gr. de quinoa.

• 1 berenjena pequeña.

• 1 calabacín blanco pequeño.

• 100 gr. de calabaza.

• Varios puñados de hojas de espinaca para ensalada.

• 1 tomate maduro.

• Hojas de albahaca fresca.

• Queso feta o rulo de cabra.

• 1-2 cebolletas.

• Aceite de oliva virgen extra.

• Vinagre de Módena.

• Sal.

1. Cuece la quinoa y saltea las verduras:

Cuece la quinoa siguiendo las instrucciones del fabricante, tras lavarla. Que hierva con abundante agua (unos quince minutos) y después cuélala. Mientras tanto saltea las verduras. Empieza por la berenjena cortada en rodajas o lunas finas, tras lavarla. Saltéala en la sartén hasta que esté casi hecha, añade después el calabacín y la calabaza, cortado en rodajas finas. Cocínalo hasta que esté al dente.

2. Monta la ensalada de quinoa:

Pon la quinoa en un bol junto a las verduras salteadas. Añade varios puñados de espinaca cortada y trocitos de queso de rulo de cabra o de feta. Corta una cebolleta, la parte blanca, en rodajas finas y agrégala junto a un tomate cortado en gajos o cuadrados. Echa un chorro de aceite de oliva, sal y un poco de vinagre. Mézclalo. Decórala con albahaca fresca.