Un fantasma recorre Estados Unidos; sobrevuela por Hollywood un susurro de huelga laboral. Los sindicatos de guionistas llevan un tiempo negociando con la patronal nuevas condiciones contractuales y el acuerdo aún no ha llegado. Mayo es la fecha límite y el panorama, con los Premios Oscar 2023 a la vuelta de la esquina, recuerda al que precedió a la histórica huelga de 2007-2008, cuando los escritores pararon durante 100 días y provocaron pérdidas millonarias en la industria del cine. 

El convenio entre el sindicato de guionistas, WGA, y la patronal, AMPTP, se cierra cada tres años con la pretensión de poder darle vigencia con cada novedad que se incorpore. En su momento fue la aparición del VHS, luego el DVD y ahora las plataformas digitales como Netflix, Amazon o HBO. Unos 12.000 trabajadores podrían ir a la huelga y dar un frenazo a la industria.

El comité negociador de los guionistas está presidido por Ellen Stutzman y entre sus integrantes se encuentra figuras como David Simon, creador de The Wire,  Mike Schur (The Office), David Shore (House) o Kay Cannon (La nota perfecta). Las consecuencias del parón sin duda afectarían al consumidor en España, ya que todo el mundo consume las series al mismo tiempo, y también a los escritores nacionales, que incluso barajarían sumarse de forma simbólica al movimiento.

Josep Gatell, guionista español y parte del sindicato de guionistas español ALMA, analiza para Público la crisis de EEUU: "Como en 2007, las negociaciones han llegado a un punto muerto y se baraja la huelga. Las obras que escribimos los guionistas ahora se ven más que nunca pero generan menos", asevera el escritor de la última cinta de la exitosa saga infantil Tadeo Jones.

La última actualización del convenio se produjo el 1 de mayo de 2020 y se produjeron incrementos salariales que oscilaban entre el 1,5% y el 3%. Sin embargo, aunque todavía no se han filtrado las claves del actual desencuentro entre las partes, las negociaciones giran en torno a tres puntos: las tarifas mínimas, la venta de un contenido a otras cadenas, la reemisión de un episodio o película y los laboratorios de ideas que diseñan temporadas de una serie aún por grabar y escribir. 

"La compensación económica por la reutilizacion de una obra —en inglés, residuals— es una fuente de ingresos importante. Es un flujo de dinero que compensa las epocas en las que no tienes ingresos. Estos se han ido negociando según el mercado se ha ido reinventando. La huelga de 2007 fue en parte por los residuals del DVD y Ahora estamos igual pero con el streaming, porque es dificil saber cuato genera una pelicula que sale en 190 paises a la vez o cuántas veces se ha visto un episodio por todo el mundo", apunta Gatell.

El convenio es amplísimo, más de 700 páginas, y los acuerdos son  pormenorizados y concretos para poder regular cada particularidad de una industria millonaria. Hasta 12.000 trabajadores podrían verse implicados en una huelga que, como pasara en 2007 y 2008, afectó incluso a las series del momento. Perdidos, The Office o The Walking Dead vieron reducido su episodios y sus trabajadores. El parón de aquel año provocó pérdidas en la industria del cine de hasta 2.100 millones de dólares.

Además, la cuestión de la compra de derechos (en inglés, syndication rollback) también afecta a los guionistas, que cobran cada vez que el producto que escribieron se emite en otras cadenas. Por último, un elemento que los escritores quieren que se regule es el de las llamadas minirooms, una suerte de laboratorios de ideas donde se diseña el futuro de una serie cuando se anuncian temporadas que aún no han sido grabadas ni escritas. Una nueva fórmula para abordar las series ante la alta demanda. Los guionistas seleccionados quedan a cargo de dibujar el futuro de los personajes y la trama, que luego puede ser un éxito mundial y tan solo cobraron por unas pocas semanas de trabajo.