Este artículo se publicó hace 14 años.
"Si necesitas terapia, ve al médico"
El escritor noruego Per Petterson publica Yo maldigo el río del tiempo, una novela sobre las crisis personales
Un hijo y una madre comparten una botella de calvados mientras miran el mar cubiertos de edredones. Es noviembre de 1989, están en Dinamarca y cada uno intenta encajar sus problemas. Él se está a punto de divorciar y a ella le han diagnosticado un cáncer de estómago. La escena es el ecuador de Yo maldigo el río del tiempo (Mondadori), la última novela de Per Petterson (Noruega, 1952), uno de los escritores nórdicos con mayor proyección internacional.
El narrador y protagonista del libro es Arvid Jensen, un personaje que el autor creó en 1987 y que ya había aparecido en algunos de sus libros anteriores. "Se parece bastante a mí, pero tiene más problemas que yo y menos tiempo para resolverlos. No creo que sea patético pero sí es un personaje que da un poco de pena. Intenta hacer muchas cosas y no lo consigue. Tiene un punto trágico pero también divertido", comentó ayer a Público.
La muerte está presente en todas las obras de este autor que debutó en el mundo literario con un libro de relatos en 1987. Asegura que sus libros más tristes son también los más divertidos, "al estilo de Charles Chaplin". Y, por el momento, no tiene previsto cambiar de tema. "Tengo escritas 14 páginas de una nueva historia y ya he incorporado un funeral. Seguro que la muerte estará presente en mis próximos libros", avanzó el escritor, que perdió a sus padres y hermanos en un accidente.
J. M. Coetzee, Premio Nobel de Literatura 2003, ha afirmado en más de una ocasión, que para que una novela sea buena hay que avanzar en su redacción profundizando en el dolor. Y Petterson, de habla acelerada y mirada curiosa, comparte totalmente esa opinión. Pero para él la literatura no es una terapia: "Si necesitas terapia, ve al médico. El psiquiatra hará que te sientas bien. La literatura puede que te haga sentir peor, porque te hará llegar hasta el fondo de la cuestión. Aunque eso puede ser positivo".
El plan de no tener planPlanificar los argumentos es algo que tampoco entra en su método de trabajo. "No hago ningún esquema previo de la trama, no me gusta. Prefiero sorprenderme a medida que voy escribiendo. De esta manera el lector y yo descubrimos la historia a la vez. Para mí, lo más importante es ser honesto con el lector", aseguró.
Un verso de Mao le brindó el título de este libro. La idea le surgió visualizando la habitación de Arvid, un joven decepcionado con el comunismo y con muchas otras cosas: "Junto a la cama del protagonista imaginé posters de Bob Dylan, Jonny Mitchell y uno de Mao escribiendo. Intenté descifrar lo que escribía el icono comunista y pensé que a lo mejor era poesía. No leía sus versos desde 1972, pero cogí el libro de la estantería y encontré el verso de Yo maldigo el río del tiempo. A veces, tienes que confiar en tu intuición, en tu instinto, y dejarte llevar".
Un librero en NavidadPetterson también utilizó su intuición en Salir a robar caballos, uno de los cinco mejores libros de 2007 según The New York Times. Antes de redactar el último capítulo se despertó una noche con unas palabras bailando por su cabeza. Se levantó, buscó el Voyage in the dark de Jean Rhys y en su interior encontró las frases que necesitaba para terminar el libro.
"El inconsciente siempre te ayuda cuando más lo necesitas", sentenció el autor, que todavía añora su etapa de librero. "La época que más me gustaba eran los días antes de Navidad. No paraba de vender y tenía que salir a la calle para saltar y calmar mi excitación", recordó con la ilusión de un niño.
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