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La modelo orgullosa de acabar con tabúes

La autora de la mítica foto busca captar imágenes 'poéticas y políticas'

R. B. / Á. M.

Joanne Matuschka es fotógrafa y modelo. Si la obligación primera de una fotógrafa es mirar, jamás apartar la mirada; y la primera de una modelo es dejarse mirar, a veces a costa del pudor, Matuschka jamás ha faltado a los preceptos de su oficio. El cáncer no la hizo apearse de sus convicciones.

El National Museum of Woman in the Arts señala 1954 como su año de nacimiento. Su actividad artística arranca en los setenta, se consolida en los ochenta y gira inevitablemente a raíz del cáncer, en 1991. 'Dejé de tomar fotos de mí misma en 2003 y 2004. Con esta exposición de Málaga termino mi legado. No son retratos personales, quieren contar una historia. Por ejemplo, hay una fotografía con un bebé, aunque yo no tengo niños', explica a este periódico. Premiada en 1996 por Greenpeace con el premio a la mejor fotografía medioambiental por Time for prevention, su pretensión ha sido siempre, explica, tomar fotografías 'políticas y poéticas'.

Al echar la vista atrás, hay satisfacción: 'Me siento orgullosa de haber podido hacer esto, de haber ayudado a algunas mujeres'.

Aunque inevitablemente ha marcado en parte su vida, Matuschka aborda el cáncer con absoluta naturalidad. Por ejemplo al contar que, tras la mastectomía, no se reconstruyó el pecho, una opción hoy menos habitual y que en muchos casos se ha dado ligada a una respuesta a la enfermedad inspirada en el feminismo. Para ella la clave es 'estar cómoda' consigo misma. 'No estoy contra la reconstrucción, pero lo pensé hace unos años y finalmente no lo hice. Mi cuerpo, la forma, no lo admitía', explica la artista.

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