Más de mil kilómetros por Miguel Hernández

Más de 1.000 kilómetros recorrió ayer Enrique Morente en coche. Un día al volante en el trayecto París-Córdoba para poder llegar al Festival Cosmopoética. El volcán islandés Eyjafjalla dejó su vuelo en tierra. La cita era ineludible. El cantaor y el escritor Luis García Montero tenían previsto un espectáculo musical y literario para homenajear al poeta Miguel Hernández.

Al final salió. Morente cantó poemas como Nana de la cebolla y El hijo del yuntero ante un público entregado. También se escuchó la palabra de Machado, Lorca y Alberti. El cantaor se mostró dueño de esa "creatividad artística", como dice García Montero, que le ha hecho acreedor de incondicionales más allá del flamenco.

Con este espectáculo se cerró un festival que, aparte de traer a figuras como Robert Hass, Michel Houellebeq y Eduardo Sanguineti, ha servido para recordar al poeta alicantino. El sábado, la obra de teatro Para la libertad fue uno de los encuentros más vistos de las jornadas.

En el concierto de Enrique Morente y Luis García Montero, Hernández apareció desligado de su imagen militante más conocida. Surgió como un poeta complejo, lleno de otros poetas. Montero leyó y Morente hizo lo que suele: poner los pelos de punta.