En la última década de su vida, Carmen Martín Gaite publicó cinco novelas marcadas por las relaciones materno filiales tras la muerte de su hija, la preferencia por la oralidad o los desenlaces abiertos. Ahora estos títulos, más uno póstumo, se unen en el segundo volumen de sus Obras Completas, editadas por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

Tras la publicación el pasado año del primer tomo de toda su obra con las novelas escritas entre 1955 y 1978, este segundo ciclo novelístico comprende Caperucita en Manhattan (1990), Nubosidad variable (1992), La reina de las nieves (1994), Lo raro es vivir (1996) e Irse de casa (1998), además de su novela póstuma Los parentescos (2001).

En la presentación hoy de este tomo, prologado por Elide Pittarello, el editor José Teruel ha explicado que las fechas de publicación no ofrecen 'una idea cabal' del proceso de composición de los seis títulos, pues en 1979 comenzó a escribir La reina de las nieves, que confluía con el inicio en la redacción de Nubosidad variable, en 1984.

Ambas novelas pasaron a ser proyectos aplazados tras la muerte de su hija Marta en 1985. Cinco años después comenzó a publicar y no paró hasta el año 1998, mientras que Los parentescos apareció un año después del fallecimiento de la escritora salmantina, el 23 de julio de 2000.

Emocionada, su hermana Ana recuerda esa última novela que 'hizo sufrir mucho a Carmen porque veía que le podía su personaje y la escritura' pero que era su última ilusión, y por eso 'dejó en ella mucho de sí misma, se atrevió más'.

Ana Martín Gaite dice de Carmen que es 'inaudito que siga viva'. 'Era una mujer muy madura, muy reflexiva y también infantil, habría gozado con esta presentación como lo hacía cuando acudía a la Feria del Libro'.

Sin preferidas

Sobre sus preferencias, Ana escoge 'Retahílas' como 'la mejor' novela de su hermana, 'porque es un avance de lo que ha sido Carmen' y está recogida en el primer volumen de sus Obras Completas, mientras que de este segundo tomo novelístico se queda con 'Nubosidad variable'.

'Carmen no tenía ninguna preferida, ellas no quería saber nada de una novela. En cuanto la veía publicada se ponía a pensar en otra', ha destacado Ana, quien desde niña veía a su hermana con un lapicero y un bloc de notas en la mano y, en la cabeza, 'siempre el gorrito'.

Teruel ha recordado algunos de los rasgos característicos que recorren este segundo ciclo novelístico como el 'ensamblaje' de diferentes discursos, desde el ensayo a los cuentos de hadas, 'desde lo abstracto a lo emocional'.

'Tendió a la formulación de preguntas en lugar de ofrecer al lector las respuestas', de ahí sus desenlaces abiertos y sus finales en suspenso, aderezados por la preferencia y el aprecio de la escritora hacia la comunicación oral, la observación doméstica y la particular comprensión de lo extraño.

La unión de la realidad con la poesía.

'Lo cotidiano se revela en la obra de Carmen como el mejor estuche de lo fantástico', ha subrayado Teruel, quien ha afirmado que la escritora siempre fue 'sensible al habla coloquial que alternaba con expresión poética, salpicada con el poder del humor'.

Martín Gaite fue una autora muy prolífica y escribió cuentos, novelas, poesía, teatro, misceláneas y ensayo, todo un trabajo que va a quedar encerrado y fijado en estas Obras Completas, cuyo tercer volumen estará dedicado a la novela corta, cuentos, poesía y teatro.

También se incluye un texto inédito, sin título, en el que Carmen Martín Gaite ensaya las técnicas descriptivas que le servirán después para captar el mundo de San Lorenzo de Piñor, que después recreará en Las ataduras.

El cuarto volumen incluirá sus ensayos, un género muy desconocido pero al que la autora dedicó mucho tiempo de su vida, y que también estará recogido en el quinto y el sexto volumen.

El séptimo tomo, Miscelánea, estará formado por sus Cuadernos de todo, Visión de Nueva York y dos registros inéditos, un dietario fechado en 1977 bajo el título de Libro de la memoria diaria, y el epistolario de la autora con su familia y amigos.