"Me siento una friki. Y no es para menos. Ruby Gillman se acaba de enterar con solo 16 años de que desciende de una familia real de legendarios y gigantescos krakens marinos y de que su destino está en las profundidades del océano. Y ella ¡solo quiere ser una adolescente normal! Ruby: aventuras de una kraken adolescente, la nueva creación de Dreamworks Animation, ha inaugurado la temporada de cine infantil, juvenil y familiar de este verano.

Fantasía sobre la pubertad, llena de colores y con mucha acción, la película tiene algunas fisuras, pero al menos divierte con algunas provocaciones, como las de dar la vuelta a la leyenda de los krakens, que aquí son los protectores de todas las criaturas del mar, y a la de las sirenas, que en esta ficción son unas "narcisistas, vanidosas y egoístas".

Si los creadores de Dreamworks han rizado el rizo con este personaje ―nadie antes había tratado así a un kraken en el cine―, los de su gran competidora, Pixar, se han mantenido en una de las líneas que iniciaron después de su acuerdo con Disney y en la que apuestan por conceptos espirituales, eternos, emocionales... que no tienen en la realidad ojos ni rostro. Almas y portales del Más Allá en Soul o los personajes de Inside Out ―Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo― son los predecesores de las nuevas criaturas Pixar de Elemental.

Son ciudadanos de Ciudad Elemento, divididos en las comunidades de Fuego, Agua, Tierra y Aire. Allí vive Candela (fuego, naturalmente), que se enamora de Nilo (claramente, agua). Un amor aparentemente imposible. La película es absolutamente predecible, convencional, por momentos, antigua, y maneja asuntos como las diferencias de raza y de clase de una forma torpe y simple. Elemental, que clausuró la pasada edición del Festival de Cannes, no da la talla.

Vuelven las Torgugas Ninja

Promete mucho más la nueva entrega de las Tortugas Ninja, Ninja Turtles: Caos mutante, una producción de Seth Rogen, muy conocido por su participación en algunas comedias gamberras, muy lejos de lo políticamente correcto. Los cuatro hermanos protagonistas, tortugas con cierta apariencia humana que viven en las alcantarillas de Manhattan desde 1984 ―aparecieron ese año en un cómic en blanco y negro de Kevin Eastman y Peter Laird― ahora quieren que los neoyorquinos les acepten como adolescentes normales. Un sindicato del crimen y una panda de terribles mutantes se interpondrán en su camino.

Una acción potentísima, humor y emoción a raudales acompañan la nueva aventura de estos famosísimos huérfanos con nombres de los grandes artistas del Renacimiento ―Donatello, Michelangelo, Leonardo y Rafael―, que ya llevan a sus espaldas ocho películas, unas cuantas series, algunos videojuegos, un juego de rol y hasta una gira de conciertos.

Nacidos de la literatura

Detective Conan: The Black Iron Submarine, la nueva entrega de esta popular serie de animación japonesa, llega a los cines directamente desde el Festival de Annecy, el más prestigioso certamen de cine de animación del mundo. Ahora, Shinichi Kudo, un tipo atrapado en el cuerpo de un niño de seis o siete años, pero con mente de adulto, se enfrenta a una conspiración en la isla de Hachijo-jima, donde va a lanzarse un nuevo sistema que conecta todos los sistemas de cámaras policiales y permite el reconocimiento facial en todo el mundo. Es la película número 26 de la saga.

Mucho menos agresiva y mucho más dulce es el título que llega del cine francés, El viaje de Ernest y Celestine. Basada en los libros de la conocida ilustradora belga Gabrielle Vincent y protagonizada por esta entrañable pareja ―un oso enamorado de la música y una pequeña y bonita rata a la que adoptó―, la película llega diez años después de la primera aparición de los personajes en la gran pantalla. Esta vez, Ernest y Celestine viajan a la tierra de los osos para arreglar el violín del primero y se encuentran con que la música allí ha estado prohibida muchos años. Hay que devolverles la música.

Para toda la familia

Los títulos de animación infantil y juvenil de este verano se cierran con la comedia rusa Vampiro al rescate, protagonizada por el inmortal Vladimir, joven y elegante. Y con Titina, una producción noruega que lleva al cine la historia real de una expedición en dirigible hacia el Polo Norte en los años 20, a bordo de la que van el explorador noruego Roald Amundsen y el aviador italiano Umberto Nobile, además de la mascota canina de este último, Titina.

Con todos estos títulos convivirán otros de acción real especialmente diseñados para atraer a toda la familia al cine. Los apuros de Félix y Óscar, padres divorciados contratados como animadores infantiles en un hotel de lujo, son la nueva apuesta de Santiago Segura en Vacaciones de verano. Es una comedia informal con grandes aspiraciones de taquilla y unos cuantos niños protagonistas, que no tienen nada que ver con los personajes, niños también, de La guerra de los Lulus, del director galo Yann Samuell. Ellos son Lucien, Lucas, Luigi y Ludwig, pequeños de entre diez y 15 años, que en agosto de 1914, mientras el ejército alemán avanza, se quedan atrás durante la evacuación de su orfanato. La pandilla de los Lulus decidirá irse a Suiza, el país de "nunca en guerra".