MADRID
Actualizado:El Centro Cultural Librería Blanquerna de Madrid acogerá la exposición ‘Azorín y Catalunya. De Joan Maragall a Lluís Companys’, que ahonda en la vida política y en la obra de Azorín, así como en su visión de una España plural y culturalmente diversa, apoyada en una admiración hacia la cultura catalana y su capacidad de liderazgo político.
El periodismo, su vocación política y el modernismo son tres grandes ejes de la exposición, que podrá visitarse hasta el 28 de septiembre. Mediante documentos originales y reproducciones de textos, es un recorrido por la biografía de este autor de la Generación del 98, así como por sus relaciones con relevantes personalidades de su tiempo como Joan Maragall, Pérez Galdós, Ortega, Juan Ramón Jiménez, Eugeni d'Ors, Salvador Dalí, Margarita Xirgu, Guillermo Díaz Plaja y otros intelectuales, así como con Francesc Pi i Margall -fundador del Partido Federal- y el presidente de la Generalitat Lluís Companys.
Azorín, seudónimo de José Augusto Trinidad Martínez, nació en Monóvar (Alicante) en 1873. La localidad acogió a muchos ilerdenses, guardando así una relación directa con Catalunya. Su acercamiento hacia la cultura catalana fue progresivo. Destaca en la exposición una de sus frases, que representa esta atención: "La mejor imagen de España en Europa se llama Catalunya", afirmó. En plena dictadura de Primo de Rivera (1924), Azorín firmó un manifiesto a favor de la lengua catalana, junto con otros intelectuales como Marañón. Otros escritos delatan su devoción por Catalunya: "En Barcelona no se lee, se investiga, se está al tanto de las nuevas tendencias estéticas, de la evolución filosófica".
Azorín y el periodismo
Azorín fue un prolífico autor periodístico, llegando a redactar 6.000 artículos, 3.000 cartas, 148 libros y numerosas editoriales en varios periódicos. Trabajó en el Diario de Barcelona a principios del siglo XX y publicó, también, en La Vanguardia, La Veu de Catalunya y La Publicitat entre otras publicaciones.
Sus libros El paisaje de España visto por los españoles, Una hora de España, Madrid, Varios hombres y una mujer, o España clara incluyen capítulos sobre Catalunya.
Política y federalismo
Francesc Pi i Margall y su apuesta por el federalismo sedujeron a Azorín, hasta el punto de que se adhirió al Partit Federalista en Monóvar. Así se convirtió en un importante altavoz del federalismo en la prensa. Consideraba que el deber de un periodista era defender los nuevos ideales y que el partido republicano era el único que podía ofrecer soluciones concretas a los problemas políticos y sociales del momento.
También tuvo sintonía con el escritor y poeta Joan Maragall, con el que mantuvo correspondencia desde 1900, cuando se conocieron en el diario Las Noticias. Maragall valoraba de forma muy positiva el interés y el afecto de Azorín por Catalunya, y la voluntad de construir puentes de diálogo para una España respetuosa con una identidad plural. Azorín alabó la descripción que hizo Maragall de una situación convulsa y violenta como la que le tocó vivir, así como su virtuosismo en la creación poética.
Azorín y Lluís Companys
Azorín visitó, también, como presidente del Pen Club, al presidente de la Generalitat Lluís Companys y a otros consejeros cuando estaban en la cárcel Modelo de Madrid, con motivo de los acontecimientos del 6 de octubre de 1934. El escritor reivindicó el papel de Companys en aquella coyuntura histórica, considerando que habían actuado con rectitud y lealtad al gobierno de la nación y que lo habían sacrificado todo por su pueblo, en el prólogo del libro Cataluña-Companys del periodista Francisco Gómez Hidalgo.
También señalaba que Catalunya se ha situado siempre como líder en el movimiento político en España y que una estructura violenta y secular limita las diversas nacionalidades en su espontaneidad. Entre los pocos libros que Lluís Companys se llevó al exilio figuraba Mis mejores páginas, de Azorín.
Gran admirador del Modernismo
En 1906 fue enviado especial del diario ABC y entrevistó a los arquitectos Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch, al tiempo que Ramon Casas le hacía un retrato y conocía a Antoni Gaudí y al conde Güell. Azorín fue de los primeros en reconocer el valor del Modernismo, un nuevo movimiento político que buscaba una cultura moderna y nacional.
En 1898, publicó en el diario El Progreso, dirigido por Alejandro Lerroux, sus primeros juicios positivos sobre el Modernismo catalán. Consideraba que la presencia de figuras como Joan Maragall, Ignasi Iglesias, Narcís Oller o la publicación de revistas como L’Avenç, Ciencia Social o Catalonia ponían de manifiesto la capacidad de iniciativa, el sentido de la estética y la defensa de valores como la justicia en la sociedad catalana.
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