'Fallen Leaves', Aki Kaurismäki lo apuesta todo al amor
Aki Kaurismäki desafía a este mundo en guerra y de esclavos laborales con una apuesta por el amor para conquistar la felicidad. Premio del Jurado en Cannes y la mejor película del año para la crítica internacional, 'Fallen Leaves' es un trabajo con un corazón enorme, 81 minutos de felicidad.
Madrid-
"Esto puede sonar a tópico, pero la humanidad es lo único que tenemos, y cada vez nos queda menos, así que... adiós, amigos". Aki Kaurismäki, uno de los grandes de la historia del cine, echa un órdago y lo apuesta todo por el amor en Fallen Leaves. Un futuro de amor y humanidad en este mundo en guerra y de esclavos laborales es la única esperanza del mañana, la única promesa de felicidad.
Premio del Jurado en Cannes, la mejor película del año para la crítica internacional (Premio FIPRESCI) y muchos otros reconocimientos más envuelven esta película, una nueva obra maestra del cineasta finlandés que representa a su país en los Oscar y que emociona mucho aquí con su devoción al cine de Chaplin, de Bresson y Ozu, "los dioses de mi hogar", y con su confianza en la humanidad.
Ansa y Holappa, solitarios y desilusionados, trabajadores mal pagados y muy maltratados (él además está alcoholizado), se encuentran casualmente y deciden arriesgarse por el amor. Todo son encuentros y desencuentros, números de teléfonos que se pierden, una y otra piedra en el camino que no hacen desistir a ninguno de los dos en su búsqueda de la felicidad. Son pobres, están solos, la realidad en la que viven es triste y desalentadora. No importa, solo necesitan una sesión de cine juntos y un perro para atrapar la dicha.
Brutalmente sencilla, armoniosa, divertida con un sentido del humor existencial e irónico y con unos intérpretes especialísimos (Alma Pöysti y Jussi Vatanen son los protagonistas), Fallen Leaves es una bellísima comedia romántica, una película con un corazón enorme, un relato agridulce con la guerra de Ucrania de fondo.
La invasión rusa a Ucrania
"Decidí, atormentado por todas las guerras sin sentido, innecesarias y criminales, escribir una historia sobre los temas a través de los cuales la humanidad podría tener un futuro: el anhelo de amor, la solidaridad, la esperanza y respeto por las demás personas, la naturaleza y todo lo vivo o muerto". Aki Kaurismäki, que hace presente en su película la invasión rusa a Ucrania a través de emisiones radiofónicas, confesó durante el estreno de la película en Cannes que ésta "es básicamente una historia de amor porque no podía hacer otra cosa, pero tenía que comentar el tema de algún modo".
"Desafortunadamente, Europa no existe en un sentido filosófico. Yo no podría haber sido capaz de hacer una película durante la guerra y no mencionarla de alguna forma, así que la incluí a través de la radio", dijo el cineasta. "También pienso que esta maldita guerra ahora necesita historias de amor, da igual lo que esté pasando en Finlandia".
"A finales de los años ochenta, me di cuenta de que si en las películas poníamos clips de noticias de lo que ocurría en Tiananmén, en China, era algo que iba a permanecer para siempre, porque aquello, prácticamente, ha caído en el olvido. Y por esta razón quería plasmar esta maldita guerra en la película, porque quizá alguien la vea luego y entienda cuán cruel y estúpida es", añadió.
Charles Chaplin
Si la guerra de Ucrania se escucha en Fallen Leaves, el cine se ve y se siente con unas cuantas referencias. Hay en esta historia momentos para Breve encuentro, de David Lean: "era mi referente en cuanto a que una historia de amor, aunque sea fugaz, puede ser intensa", ha comentado el director. También para Los muertos no mueren, de Jim Jarmusch, película que ve la pareja protagonista en el cine. A la salida, uno dice que le ha recordado a Diario de un cura rural, de Robert Bresson, mientras el otro alude a Bande à part, de Godard.
Y sobre todo hay devoción por Chaplin y por Luces de la ciudad. "Chaplin sigue y seguirá siendo el mejor", sentenció Kaurismäki en Cannes. "Fue uno de los máximos exponentes del cine clásico de Hollywood, para lo bueno y para lo malo, pero también creó el cine tal y como lo conocemos hoy en día. Me gustan mucho Ozu, Buñuel y Marcel Carné, pero Chaplin siempre será el mejor porque su esencia era la sencillez".
Dignidad de los trabajadores
En 81 minutos, Aki Kaurismäki hace un viaje desde la desesperanza hacia la felicidad en el que vuelve una vez más a subrayar la dignidad de los trabajadores, a desplegar su sentido del humor, su monumental talento narrativo y su habilidad para estudiar la condición humana. Y todo ello, como siempre, despreciando lo superficial y arrogante de mucho cine de hoy y, también, recurrente en el suyo, con algún perro en su relato.
En Fallen Leaves la perra de esta historia vive con el cineasta, "era una perra callejera de Braga, en Portugal. Estuvo vagando por las calles dos años y medio y nunca había estado en una gran ciudad. Cuando estuvo rodeada de 20 cámaras y de 20 personas en un piso diminuto, actuó divinamente. Creo que se merece la Palma de Oro canina".
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