Madrid
Actualizado:Siglo XXI, en la sociedad de la Europa rica, y las mujeres jóvenes, profesionales, siguen encontrándose con situaciones que recuerdan a las que vivieron sus madres y sus abuelas. Es la circunstancia en la que se encuentra Amaia, el personaje principal de la ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa, Cinco lobitos. Madre primeriza, incapaz de conciliar su trabajo con su nueva situación familiar y, de repente, cuidando también a su madre enferma y ocupándose de las tareas domésticas.
La película, que se estrenó en la Sección Panorama del Festival de Berlín y ganó ocho premios en el Festival de Málaga –entre ellos, los de Película, Guion y Actriz (ex aequo para Laia Costa y Susi Sánchez)–, propone una reflexión sobre ello desde el relato íntimo y emocional, desde el que, además, se revela la forma en que el tiempo afecta a los roles que desempeñamos en la familia.
La conciliación, el cuidado de los mayores y los roles tradicionalmente asignados a las mujeres, además de la maternidad, van surgiendo en esta historia, en la que, de alguna manera, la directora rinde un homenaje personal a la generación de mujeres y madres que no vivieron la España moderna, más igualitaria.
¿Cómo se aprende a ser madre? y ¿cómo cambia nuestra propia maternidad la forma en que vemos a nuestros padres? son las dos preguntas principales que se hace con la película. ¿Ha partido de experiencias personales?
Sí. Cuando una es madre, se remueven muchas cosas, hay mucha reconstrucción de pareja, profesional, con la familia. Y una de las cosas que me parece más compleja, y más bonitas también, es empezar a ver a tus padres desde otro sitio. Empecé a fantasear con esta idea de qué pasaría si una madre primeriza de mi generación se viera por las circunstancias a vivir de nuevo la vida de su madre, de otra generación, con un bebé, al cuidado de lo doméstico, cuidando a una persona mayor... Y con esta premisa y viviendo las experiencias propias y las de amigos, empecé a construir la película.
El personaje descubre que ahora es lo que ha sido antes su madre, ¿no invita eso a pensar que vivimos demasiado ensimismados en nosotros mismos, con falta de empatía?
Puede ser, hay un aprendizaje en la película, en los personajes, en ver al otro de otra manera y más desde su piel y no desde la tuya, y eso tiene mucho que ver con la empatía. Y en el momento en que activas la empatía derribas clichés, mitos o reglas que parecen no escritas, pero que siempre están ahí, sobre cómo debe comportarse alguien, y sí algo de eso está. Yo he descubierto con la película que mucha gente, aunque no sea madre o padre, se identifica mucho como hijo. En Málaga nos dio un premio el Jurado Joven, me dijeron que reconocían a su abuela, se reconocían a ellos mismos... La película, si toca a todo el mudo, es porque habla de cómo nos marca la familia y cómo cambiamos con la familia a medida que crecemos.
Esta es una sociedad obsesionada por los hijos y despreocupada por los mayores...
Es verdad que se vive como un problema cuidar de los mayores y deberíamos vivirlo como algo más natural, que va a pasar y forma parte del ciclo de la vida. Deberíamos tener herramientas de todo tipo, emocionales, sociales..., para gestionar esto. Es verdad que, no sé si por cómo se ha configurado la sociedad, el trabajo de los cuidadores, la mayoría cuidadoras, no lo ponemos en valor. Es curioso porque es un trabajo imprescindible, cada vez más en una sociedad envejecida, y sin embargo, no le damos el valor que tiene, no tiene un reconocimiento. Ya desde ahí lo estamos marcando como algo que queremos tener oculto, que nos cuesta verlo y darle un sitio. Es algo a lo que todos nos vamos a terminar enfrentando.
La película plantea el problema de la conciliación, que sigue siendo esencialmente de las mujeres, ¿qué reflexión hace de ello?
Las cosas están cambiando pero no han cambiado tanto. Somos una generación mucho más consciente de la problemática de la conciliación y de la desigualdad. Las otras generaciones ni siquiera tenían este debate encima de la mesa, ni siquiera se lo cuestionaban, era como un modelo heredado que se repetía de forma mecánica. Yo creo que nosotros sí somos conscientes de la problemática que existe, pero mientras estamos teniendo el debate, tenemos que seguir cuidando de los hijos o de nuestros mayores, y entonces nos va comiendo el día a día. Lo urgente le quita el sitio a lo importante.
Se oyen algunas voces que dicen que hay demasiadas películas sobre maternidad, justo ahora que, aunque insuficiente, se nota más la presencia de la mujer en el cine ¿a qué le suenan esas quejas?
Es curioso. Nunca nadie se levanta y les dice a ellos nada parecido. Hay una tendencia a empaquetarnos a las directoras en un mismo grupo, a decirnos lo que estamos haciendo y lo que no, lo que deberíamos estar haciendo. Puede ser que haya muchas películas de maternidad, a mí no me extraña tanto que las haya, me extraña mucho más que no las hubiera antes, porque es una experiencia universal. No estamos hablando de nada específico, sino de algo mayoritario y universal.
Un lenguaje visual, el movimiento de la cámara, es tranquilo y sobre todo discreto. ¿Es la mejor forma de revelar emociones, intimidad?
Esta película se construía con un mundo muy cotidiano en el que por debajo pasaban cosas emocionalmente muy honestas y de verdad, la apuesta entonces era mantener las cosas vivas y que pasaran cosas entre los actores. Y para que eso pasara no quería estar condicionad a propuestas técnicas muy elaboradas o que le quitaran protagonismo a eso. Tenía que pasar algo emocionante entre ellos y teníamos que conseguir que eso fuera muy real y muy personal. Esa iba a ser la magia de la película. Y en ese sentido la cámara tenía que ser muy poco invasiva, muy respetuosa. Sí me gustaba la idea de que era como un testigo privilegiado de esta gente. Estamos cerca, pero creo que se te olvida que existe la cámara. Te van atrapando ellos.
Hablando de mujeres y de cine, ¿le ha costado especialmente entrar en el circuito por ser mujer?
A mí me ha costado casi seis años levantar esta película. Pero levantar un largometraje no es fácil para nadie. Hubo un momento cuando terminé la Escuela de Cine que era el previo a que hubiera más interés por las historias de mujeres. Era bastante evidente que a la industria no le interesaba mucho lo que teníamos que aportar. En unos años noté, de repente, no sé si porque han cambiado algunas políticas o porque empezó socialmente el cambio, otro tipo de debates y movimiento, noté que sí había ese interés.
Y hoy, ¿ya es el momento de que las mujeres cineastas sean mucho más ambiciosas con sus proyectos?
Yo llego al cine enamorada del cine refugio, de emociones. Quería hacer una película que se enmarcara en eso. En una primera película es muy difícil tal como están las cosas. Las levantas con ayudas públicas y hay unos techos de presupuesto. La ambición es pelear por el cine que te gusta, que te divierta o que quieras hacer en cada momento.
Haber estado en Berlín y los premios de Málaga, ¿facilita su próximo proyecto?
Lo que está pasando con las mujeres en los festivales internacionales nos puede respaldar, sobre todo, para intentar hacer un cine independiente, autoral, que tengan más medios. Es un tipo de película que, al final, están generando industria y una marca muy potente, pero se hace con muchísimo esfuerzo. Después de lo de Berlín y de los ocho premios de Málaga han llegado varias ofertas.
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>