Este artículo se publicó hace 13 años.
¿Encantados de conocerle?
Director: Richard J. Lewis
Género: Drama
Nacionalidad: EEUU
Reparto: Paul Giamatti, Macha Grenon, Paul Gross.
Duración: 134 minutos
EN SÍNTESIS
El productor canadiense Barney Panofsky se encuentra en plena madurez cuando la memoria empieza a fallarle. A partir de aquí, recupera su itinerario vital por Europa y Canadá, sus tres tormentosos matrimonios y su gran pasión amorosa; también la relación con su mejor amigo, desaparecido en extrañas circunstancias y el respeto que siente por su padre, un policía jubilado de extracción humilde.
COMENTARIO
La presentación de Barney Panofsky como un productor televisivo de comentario rápido y afilado cuyo pasado se ve ensombrecido por una misteriosa muerte y el suicidio de su primera mujer le hace un flaco favor a la película. Las expectativas de adentrarse en la vida de un personaje en apariencia torturado, complejo, con talento, sensibilidad y un cadáver en el armario, pronto se ven aguadas ante un filme que avanza a ritmo plúmbeo por los llanos caminos de la convencionalidad y la autoconmiseración. Richard J. Lewis, que debuta en el largometraje tras haber firmado episodios de la serie de televisión ‘C.S.I.', se toma muchas molestias en desarrollar la biografía de su personaje. Con los mismos mecanismos con que funcionan los ‘biopics' más típicos, la película recupera los años de juventud de Barney en Roma, cuando juega a la aventura europea estilo Henry Miller con su amigo Boogie, para después explicar cómo su segundo matrimonio con una mujer frívola y adinerada resulta un fracaso desde el mismo día de la boda porque Barney se enamora perdidamente de quien se convertirá en su tercera mujer en el banquete.
La película se mantiene fiel a su título: todos los acontecimientos y personajes se presentan a conveniencia del protagonista. Cuando a mitad del metraje queda claro que Barney sufre de alzhéimer, el director obvia adentrarse en el poroso territorio de la fragilidad de la memoria, lo que hubiera otorgado matices al filme, y los ‘flashbacks' siguen desarrollándose con rotunda clarividencia. ‘El mundo según Barney' prefiere dejarlo todo bien explicado, para justificar la vida del personaje en el más mínimo detalle. Cuando todo acaba, una tiene la sensación de que ha asistido a un funeral en que el panegírico ha sido escrito por el propio difunto.
EN LA PIEL DE BARNEY
Como antes ya le había sucedido anteriormente al actor Philip Seymour Hoffman, durante años Paul Giamatti fue un intérprete condenado por su físico a roles secundarios. Hasta que dos papeles protagonistas, el del autor de cómics Harvey Pekar en ‘American Splendor' (2003) de Shari Springer Berman y Robert Pulcini, y el del enólogo aficionado en ‘Entre copas' (2004) de Alexander Payne, pusieron de manifiesto un inmenso talento a prueba de prejuicios. En su agenda se acumulan proyectos a las órdenes de david cronenberg, George Clooney y Ari Folman, más que un consuelo para quien vio cómo su Globo de Oro por encarnar a Barney no se quedó ni en una mísera nominación a los Oscar.
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