Este artículo se publicó hace 2 años.
El cine, con los pies en la tierra en los Goya 2022
Los profesionales del cine premiaron la reivindicación y el humor de 'El buen patrón', el juego y el riesgo de la interpretación de Javier Bardem, la apuesta por la paz de 'Maixabel' y la incontestable presencia del talento femenino en el cine.
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A la reforma laboral que aprobó el PP hace diez años le debemos al menos una cosa buena, la película El buen patrón. Sin aquella monumental rebaja de sueldos y aumento de despidos, no hubiéramos llegado al disparate de las condiciones laborales de hoy. Y, en un situación un poco más humana, Fernando León de Aranoa seguramente un hubiera escrito la historia de Julio Blanco (Javier Bardem), ese empresario miserable y manipulador.
Anoche, los miembros de la Academia de Cine premiaron el cine de León de Aranoa, un cine de denuncia social que, en esta ocasión, como en su debut con Familia, cuenta con un alto componente de comedia, un poco oscura y con mucho retintín, pero altamente efectiva. Reírse es bueno y reírse de uno mismo es la mejor terapia. Y después de dos años y medio de pandemia, estamos muy necesitados de las dos cosas: reivindicación y salud.
Más humanos
Como si hubieran previsto el calendario político, los académicos reconocieron la realidad de los trabajadores de este país solo unos días después de que se aprobara la reforma de la aciaga ley de Rajoy. Recompensaron el tono de la película, la dirección, la historia, el arriesgado trabajo de Javier Bardem, y escribieron una nueva página en la lucha de la igualdad en el cine al galardonar el trabajo de las mujeres cineastas, concretamente el de Vanessa Marimbert en montaje y la música de Zeltia Montes.
"La cultura es el nervio de la sociedad, dijo Jaume Roures cuando subió al escenario a recoger el Goya a la Mejor Película –quinta colaboración con Fernando León y tercera con Bardem- y con esas palabras ratificaba la decisión de los académicos, que han votado por un cine que, como él mismo señaló, "nos hace más humanos. Nos aleja del machismo, el talibanismo y de la violencia en un momento en que hay tambores de guerra".
Todavía son pocas las mujeres en el cine
Cada vez más lejanos se escuchan, por cierto, los ecos de la desigualdad y la discriminación. Y la prueba son los premios Goya que ayer terminaron en manos de mujeres cineastas. Además de las dos mencionadas, Clara Roque se llevó el Goya a la Mejor Dirección Novel por Libertad y Chelo Loureiro recogió el de Mejor Película de Animación por Valentina. Verónica Echegui conquistó el premio al Mejor Corto de Ficción por Tótem loba, María José Llergo ganó el de Mejor Canción por Te espera el mar, de Mediterráneo; Laura Pedro recogió junto a Pau Costa el de Mejores Efectos Especiales, por Way Down, Vinyet Escobar se alzó con el Mejor Diseño de Vestuario por Las leyes de la frontera, y Sarai Rodríguez ganó, con sus compañeros Benjamín Pérez y Nacho Díaz, el de Maquillaje y Peluquería por la misma película.
Todavía son pocas, pero las que están ahí demuestran año a año, película a película, que la rancia cantinela de que el talento está en manos de los hombres es una falacia monumental. Y de ahí sus premios, siempre muchos más en porcentaje que los que las cifras de su presencia auguran, y cada vez en más categorías históricamente en manos de los hombres.
Apuesta por la paz
Los Goya 2022 insistieron en sus premios a ese cine que "nos hace más humanos" con los galardones a Blanca Portillo y Urko Olazabal, intérpretes de Maixabel, la película con la que Icíar Bollaín rinde homenaje a Maixabel Lasa y al ejemplo maravilloso de paz y diálogo que ha dado a un país envenado por el odio. De alguna manera, fueron premios que los profesionales del cine español otorgaron a esta mujer y a su convencida apuesta por la vida.
El juego y el riesgo también tuvieron su reconocimiento, especialmente, en el Goya al Mejor Actor Protagonista que ganó Javier Bardem, que transforma completamente la manera de hablar, de caminas, sus movimientos, la mirada… en su interpretación de Julio Blanco, un empresario "cabrón, pero muy simpático" que abusa todo lo que puede de los trabajadores de su fábrica.
Así, los Goya 2022 han sido unos premios con los pies en la tierra, en la de las lamentables condiciones laborales de los trabajadores, en la de la discordia y el rencor, en la de la desigualdad… Unos premios por el cine y la cultura, desde las que se hace mucho más posible una tierra de negociación, diálogo, igualdad y paz.
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