Este artículo se publicó hace 2 años.
Chris Pratt, un marine confundido y paranoico en 'La lista final' de Amazon Prime
La estrella estadounidense pasa de los héroes de Marvel y los velocirraptores jurásicos al mundo de las series en un thriller de acción y psicológico.
María José Arias
Madrid-Actualizado a
Durante más de un centenar de episodios y a lo largo de siete temporadas Chris Pratt encarnó a Andy Dwyer en Parks and Recreation. Un personaje que caló hondo en el imaginario 'seriéfilo'. Siete años después del adiós de aquella comedia de la NBC, Pratt, convertido ahora en estrella de Marvel como Peter Quill y entrenador de velocirraptores gracias a la saga jurásica regresa al formato serie (sin contar aquel capítulo en Mom) con la adaptación de una novela de Jack Carr para Amazon Prime Video. Su personaje, James Reece, nada tiene que ver con aquellos que le hicieron famoso como tipo gracioso. Quizá ese sea el principal problema de La Lista final, que como marine intenso atrapado en una trama psicológica su actor protagonista no termina de encajar del todo, pese a que lo intenta.
En su vuelta a la pequeña pantalla vía plataforma Pratt está acompañado por Antoine Fuqua, con el que ya trabajó en la película Los siete magníficos. Según ha contado Entertainment Weekly, ambos coincidieron en el tiempo intentando hacerse con los derechos de la novela publicada en 2018 y decidieron unir fuerzas en un proyecto en el que ambos figuran como productores junto a David DiGilio, quien también ejerce como guionista y showrunner.
En cuanto a la serie en sí, La lista final cuenta en sus primeros compases con una escena que es pura adrenalina y con una fuerte carga dramática. Un equipo de Navy SEALs dirigido por James Reece (Chris Pratt) ha recibido el soplo con la posición de uno de los hombres más buscados, de los marcados en rojo en su lista de objetivos/enemigos. La fuente es fiable, así que nada les hace pensar que se están metiendo en la boca del lobo hasta que es demasiado tarde. En esos pasillos subterráneos, con el agua por encima de la cintura, se dan cuenta de que aquello es una ratonera con trampas conectadas a explosivos y un ejército entrando a matarles. Todo lo que podía salir mal, sale peor. De allí solo escapan con vida Reece y otro soldado amigo suyo.
Esa escena, que maneja muy bien los tiempos de la tensión y la acción, es la que marca el devenir de La lista final, que no es un thriller de acción sin más, sino que se deja llevar hasta el thriller psicológico. La batalla se juega en dos terrenos distintos: el mundo real y el mental. El más farragoso de todos es, precisamente, el psicológico. Porque Reece regresa a casa junto a su mujer y su hija muy tocado. En lo físico, pero sobre todo en lo mental. La serie, en esos dos primeros episodios vistos antes del estreno de este viernes, juega inicialmente al despiste. ¿Qué le pasa a Reece? ¿realmente tiene problemas de memoria o es todo un complot contra él? Y, si es lo segundo, ¿quién y por qué?
Lo que parece intentar sembrar la La lista final en su inicio —para los espectadores que no hayan leído la novela de Carr— es la duda sobre si su protagonista ha perdido por completo el norte y todo está en su mente o realmente hay alguien manipulando las pruebas, los registros de voz y matando gente cercana a él. Aunque pronto se apunta a que en realidad hay un poco de todo y que una de las opciones planteadas tiene más peso que la otra. Reece, en su batalla contra un enemigo invisible y por mantener la cordura, cuenta con un aliado, Ben (Taylor Kitsch), un antiguo compañero de la Marina que le sirve de anclaje a la realidad.
Además de ellos dos, aparecen dos personajes femeninos que pueden ser interesantes dependiendo de su evolución en los seis capítulos restantes. Por un lado, y con no demasiada presencia de entrada, la secretaria Hartley, interpretada por Jeanne Tripplehorn. Representa a la rama política y gubernamental de la historia. Por otro, la periodista ansiosa por contar la verdad caiga quien caiga, Katie Buranek (Constance Wu). Un personaje así no podía faltar en una serie sobre supuestas conspiraciones y poderes actuando aparentemente en la sombra.
La lista final tiene entre manos una buena historia que contar, escenas muy bien planteadas y resueltas, un buen ritmo como thriller psicológico, interesantes secundarios y un guion que se cuida mucho a la hora de revelar el qué, el quién y el cómo en el momento preciso para generar el mayor impacto posible. Su principal escollo es la elección de su protagonista. No tiene que ver con que Pratt lleve años asociado a personajes donde la comedia y la acción priman (otros muchos actores han dado el paso de cambiar de registro y demostrado su versatilidad), sino con que no termina de convencer cuando llega el momento de la intensidad y la desorientación de quien está confundido.
Eso sí, las escenas de acción (tiene varias de ellas en los dos primeros capítulos) las resuelve a la perfección. Y, a tenor de tráiler, habrá muchas más para que pueda lucirse durante el resto de la temporada. En las demás se nota el empeño de Pratt por darlo todo, por convencer, aunque no termina de lograrlo.
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