BERLÍN.- Amanece en un martes gris de invierno en Berlín, capital de las pasiones culturales y taller de inspiración de muchos artistas durante toda su historia reciente. Llueve incesantemente como si la propia ciudad también llorase la muerte de uno de los artistas más transgresores que han habitado sus calles.

La línea siete de metro, que es azul como el planeta tierra del que David Bowie hablaba en Space Oddity, tiene parada en Kleitspark, a apenas cien metros del apartamento que compartió con Iggy Pop en el Berlín Oeste de finales de los setenta. Es el mismo distrito, Schöneberg, en el que Kennedy pronunció su famosa frase “Ich bin ein Berliner” (Soy berlinés) y en el que actualmente se encuentran los mejores locales de ambiente de la ciudad.

En la emblemática Hauptstraβe número 155 se agolpan los fans del artista y cientos de ramos de flores rodean la puerta de entrada al portal, un edificio típico berlinés con techos altos y patio interior comunitario. El silencio en torno a velas, flores y mensajes de afecto hacia Bowie domina la escena. El sepulcral ambiente se entristece aún más cuando un par de fans se abrazan llorando ante la improvisada ofrenda.

Una máscara de Ziggy Stardust, por el que el cantante fue reconocido mundialmente, con el mensaje “Where are we now?” (¿Dónde estamos ahora?) está pegada en el cristal del portal y casi no hay espacio para que los inquilinos actuales de este bloque de viviendas puedan salir y entrar al mismo.

Jaime Palmer destaca de su ídolo que “revolucionó cientos de veces la moda y nos descubrió otras formas de belleza en lo andrógino y misterioso del extraterrestre Ziggy Stardust, por ejemplo. He recibido varios eventos de fiestas berlinesas en las que van a pinchar a David Bowie toda la noche y en las que seguramente la gente vaya disfrazada con los mejores diseños del Duque Blanco. No esperaba su muerte ya que había sacado un disco en 2003 y otro hace pocos días, pero esa despedida de la vida con el videoclip de Lazarus, en el que dice que está en el cielo, me parece sublime. Es maravilloso cómo ha convertido su muerte en obra de arte”. 

De su etapa en Berlín nació su llamada trilogía, en la que se encuentran los discos Low, Heroes y Lodger. Eran los tiempos en los que David Bowie sacaba un disco cada año. “Podemos ser héroes, sólo por un día”: la famosa frase de la canción Heroes quedará grabada para siempre en la historia musical contemporánea. En ella se habla de un romance en los años del muro de Berlín. El Ministerio de Exteriores alemán ha despedido a Bowie con un tuit en el que enlaza esta canción mientras le agradece haber sido héroe y contribuir a la caída del muro.

Los homenajes también se sucederán en los famosos estudios Hansa, donde David Bowie grabó parte de esos discos. El viernes por la mañana abrirán sus puertas en Potsdamer Platz para rendir tributo a una de las leyendas de la música de las últimas décadas. Allí, el ingeniero de sonido del músico en el estudio, Eduard Meyer, podrá hablar con quienes se acerquen al homenaje.

El evento está organizado por la empresa Berlin Music Tours, desde la que dicen que “hace días celebramos en el estudio el cumpleaños de David y ahora queremos despedir al auténtico camaleón de la música pop. Nos gustaría que la gente trajese mensajes, fotos y recuerdos o subiese a cantar al escenario. Nosotros podemos ser héroes, ahora y siempre”. Anochece prematuramente en Berlín y la lluvia deja entrever uno de los mensajes dedicados a David Bowie: “Hoy las estrellas lucen muy diferentes. En el recuerdo de millones de seres humanos tú vivirás.”