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Azahara Palomeque: "Vivimos en un sistema neoliberal en el que la pobreza se considera un fracaso personal"

Azahara Palomeque en una imagen cedida.
Azahara Palomeque. Imagen cedida

La pobreza, el auge de la extrema derecha y el papel de las redes sociales en este terreno son las fundamentales preocupaciones de la escritora Azahara Palomeque. Las tensiones de la precariedad y el antagonismo de clase presionan sobre un escenario en el que la izquierda debe tomarle el pulso a la política en blanco y negro, con unos resultados en las elecciones europeas y francesas que vaticinan un futuro incierto para los próximos comicios en Estados Unidos.

Azahara Palomeque (El Sur, 1986) es poeta, ensayista y colaboradora habitual de Público. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, se doctoró por la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EEUU) en Estudios Culturales con una tesis sobre el exilio republicano español. Entre sus obras, destacan American Poems (La Isla de Siltolá, 2015), Crónicas catastróficas en la era Trump (RIL Editores, 2020) o Vivir peor que nuestros padres (Anagrama, 2023).

Su última novela, Huracán de negras palomas (La Moderna, 2023) cuenta la historia de una familia disfuncional repleta de contradicciones morales, económicas y raciales. Todo cambia con la llegada de Omega, un huracán que arrasa con su lujosa casa en una de las zonas más ricas de California (EEUU).

En una catástrofe natural, ¿quiénes son las víctimas?

Quien está en peores condiciones de partida acaba sufriendo mucho más que quien tiene medios, no solo medios para reparar lo que se haya podido dañar, sino que tiene una mejor situación de base en general. En la novela hay una reflexión sobre quién sale ganando y quién perdiendo de estos desastres –al final, hay alguien que sale ganando, pero no quiero hacer spoiler–. Siempre –o casi siempre– hay un beneficio implícito en todo este sufrimiento.

¿Hemos estigmatizado la pobreza?

Hay prejuicios, estigmas y puede que también la hayamos romantizado. Es una situación que yo viví muy de cerca en Estados Unidos. Al pobre, al negro o a lo que se llama minoría étnica –aunque en muchas ciudades son mayoría– se le considera 'un pobrecito' al que hay que ayudar y se le trata con mucha condescendencia, incluso cuando se tiene la mejor intención.

¿Qué hay de la filantropía?

La filantropía representa muy bien esa estigmatización. En realidad, es un acto de poder. Son los donantes, es decir, los ricos, los que deciden con su dinero qué programas implementan las universidades, qué políticas de diversidad deben tener, a quién se le puede garantizar una beca o a quién no. Los criterios son completamente arbitrarios y caprichosos y dependen de la voluntad del millonario, no de un comité objetivo que lo decida basándose en principios de igualdad, por ejemplo.

"La filantropía es un acto de poder. Los ricos deciden qué programas implementan las universidades"

En EEUU es común ver a un filántropo millonario que dona porque él tiene una enfermedad rara y dona millones y millones de dólares para investigar esa dolencia que a lo mejor afecta a doscientas personas en el país. Sin embargo, la diabetes, que es mayoritaria, está sin tratar y sin cobertura médica en la mayoría de los casos.

¿Cómo es la situación en España?

Yo creo que vamos por el mismo camino en muchos aspectos, quizás en España el pobre tiene más autonomía, porque aquí te dan un ingreso mínimo vital, un subsidio por desempleo o cualquier otra ayuda, mientras que en EEUU recibes cupones de comida con los que tienes que pagar en la caja del supermercado. Es un proceso completamente humillante. Pero aunque haya diferencias contextuales entre España y EEUU, siempre hay un grado de estigmatización de la pobreza. Vivimos en un sistema neoliberal en el que la pobreza se considera como un fracaso personal. Desde esa perspectiva, siempre hay un prejuicio hacia la persona pobre.

¿De qué manera estigmatizamos a las personas locas?

"Siempre hay un prejuicio hacia la persona pobre"

En la novela, el personaje de Violet presenta una locura que en realidad procede de que su concepción del mundo, su aproximación al universo que la rodea y cómo ella piensa en la desigualdad o en el propio racismo que ha sufrido contrasta con las imposiciones sociales y familiares a las que se tiene que enfrentar. Ese choque es donde se produce una locura que debe ser medicalizada, suspendida con pastillas y controlada por distintas instancias disciplinarias, como la psiquiatría.

La novela también reflexiona sobre la salud mental.

La madre de Violet, Ashley, utiliza sus sesiones con el psicólogo para su propia medra personal. Esa especie de malestar que sufre la madre, sin llegar a ser una enfermedad patológica, es una terapia que le ayuda a seguir progresando porque se adapta completamente al esquema capitalista de continuar trabajando, congeniar con las dinámicas universitarias, avanzar dentro de su propio barrio y un largo etcétera. El libro describe varias maneras de sobrellevar distintos problemas de salud mental.

¿Ha traicionado la academia del mundo universitario a la clase obrera y las personas vulnerables?

"La academia siempre ha sido una institución muy elitista"

La academia tiene sus dinámicas propias. No lo llamaría traición porque no sé hasta qué punto ha estado alguna vez a favor de la clase obrera. Siempre ha sido una institución muy elitista, pero sí que es verdad que en algún momento se generalizó el acceso a la universidad.
Ahora no es tan generalizado porque los precios de las matrículas universitarias, específicamente en Estados Unidos, son completamente inasumibles. Creo que no se puede hablar de traición, sino de una institución con sus dinámicas propias, que lo que sí ha hecho es cooptar o fagocitar el lenguaje y las necesidades de las clases populares para introducirlos en sus campañas de marketing, en sus programas de diversidad, en sus eslóganes e incluso para atraer a millonarios y donantes.

En pleno auge de la ultraderecha, ¿cómo valora los resultados de las elecciones francesas?

Creo que las elecciones francesas han demostrado que las izquierdas pueden movilizarse en poco tiempo y adoptar una unidad necesaria para contrarrestar al fascismo. Ahora bien, también es preciso que sepan negociar y llegar a acuerdos, cosa difícil entre las fuerzas macronistas y el Nuevo Frente Popular (NFP), o incluso en el seno de este. El peligro sigue estando ahí, por lo que la unidad no debería ser solo puntual para los comicios –como vimos en España–, sino parte de una visión programática

La victoria de la izquierda en el país galo llega después de la convocatoria a las urnas en la Unión Europea.

Estoy muy triste. Dentro del panorama europeo, el ascenso de la derecha en general y de la ultraderecha en específico, me preocupa. También me preocupa que la agenda climática esté tan marginalizada cuando es uno de los problemas fundamentales, si no el principal, al que nos enfrentamos como sociedad. Se tendría que debatir más dentro en el seno de la Unión Europea.

¿Cuál es la situación en España?

"Dos eurodiputados para Podemos y tres para Sumar me parece absolutamente catastrófico"

A nivel español, me da la sensación de que el PSOE es el único partido socialdemócrata, relativamente a la izquierda, que resiste. Es el único muro de contención antifascista y me da una pena infinita que las luchas internas entre el resto de las izquierdas hayan hecho que pues los resultados hayan sido tan malos. Dos eurodiputados para Podemos y tres para Sumar me parece absolutamente catastrófico. Lo veo con muchísima tristeza y me preocupa que ese espacio a la izquierda del PSOE no se pueda recomponer. Creo que está en peligro de extinción. Eso sería una catástrofe para toda la sociedad española, porque al final es el área del espectro político que impulsará la política social y sería incluso malo para el PSOE porque depende de ese espacio para la coalición.

Los comicios en EEUU son en noviembre. Como persona que ha vivido de cerca ese ambiente, ¿qué aire se respira allí?

Hay miedo y tensión por la posible vuelta de Donald Trump. Además de los antecedentes por instigar el asalto al Capitolio, ahora mismo está imputado en varios casos y ya ha sido condenado por el soborno de la actriz porno Stormy Daniels. Es la primera vez que se da una situación así en un candidato a la presidencia. Si llegara a ganar, sería la segunda vez en la historia de Estados Unidos que un presidente llega a su segundo mandato de manera no consecutiva. Estamos viendo una rareza.

Y por el otro lado, tenemos a Biden.

Joe Biden es el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos, que se vuelve a presentar con muy poco apoyo. Está muy debilitado en su imagen, principalmente por su gestión del conflicto en Gaza. Le han montado una protesta masiva en las principales universidades del país, que son las principales universidades del mundo y cuentan con un gran prestigio y capital simbólico, aunque luego, a nivel político, no tengan tanta fuerza.

"La presidencia de Donald Trump fue completamente caldeada, con muchísima violencia en la calle"

En general, es una sucesión de anomalías, de excepciones históricas que además vienen después de una presidencia anterior, la de Trump, que fue completamente caldeada, con muchísima violencia en la calle, represión policial, el asesinato de George Floyd y el asalto al Capitolio. No sé en qué va a terminar todo esto. Creo que Trump tiene serias posibilidades de ganar, lo cual sería lamentable, pero tampoco Biden es un presidente ejemplar. Estamos entre la espada y la pared.

¿Cuál ha sido el papel de las redes sociales en el auge del populismo de extrema derecha?

Ha sido muy importante. El historiador Timothy Snyder habla en El camino hacia la no libertad (Galaxia Gutenberg, 2018) de cómo a Trump, si no le dieron la presidencia, por lo menos azuzaron su popularidad en las redes sociales mediante bots y fake newsalgunos de ellos pagados, según Snyder, por Rusia. Se trata de un presidente que consiguió hacer de las redes sociales y de la popularidad en los medios su principal baza. Ganó sin el voto popular porque no le hacía falta.

¿En qué otros fenómenos han sido importantes estas plataformas?

Las redes sociales han sido fundamentales en el Brexit. Sabemos de la organización de miles de bots para campañas de la ultraderecha con el objetivo de manipular la opinión pública. También sabemos que el algoritmo, ya en su propio funcionamiento, fomenta ciertos discursos sobre otros y, por ejemplo, las noticias falsas circulan muchísimo más rápido que las noticias verdaderas.

¿Cómo podemos actuar desde la izquierda?

"Trump consiguió hacer de las redes sociales y de la popularidad en los medios su principal baza"

Hay cierta izquierda –creo que bienintencionada, pero quizá un poco ingenua– que no se da cuenta de que estas dinámicas virtuales son las que están elevando a ciertos personajes a la cumbre y manipulándonos como ciudadanos. Lo digo en primera persona del plural porque ninguno estamos completamente ajenos ni somos inviolables frente a esa manipulación que ocurre todos los días. Ahora sucede mucho más con la introducción de la inteligencia artificial generativa. Hay que intentar regular ese espacio, estar presente y saber cómo funciona para meter cabeza e intentar contrarrestar sus efectos nocivos.

¿Qué más podemos hacer?

Reforzar las redes comunitarias a nivel de calle es muy importante. Es algo que ha resaltado Antonio Maíllo en declaraciones recientes. Hay que sembrar ese tejido social y cultivarlo con mimo, no solo desde las instituciones o los partidos políticos, sino también desde asociaciones de vecinos, ferias y fiestas populares o incluso tu comunidad de vecinos. Eso en Córdoba lo veo muy vivo, todavía pervive y une a la gente en propósitos comunes, como tener un huerto comunitario u organizar una verbena.

¿Por qué son importantes estas redes de afectos?

Esas cosas tan sencillas hacen que salgas a la calle y conozcas a la gente de tu barrio. De este modo, en momentos en los que la situación se vuelva complicada, esos afectos estarán ahí. Además, son una red de ayuda mutua, si no totalmente, al menos sí parcialmente al margen de las dinámicas neoliberales de compra y venta de servicios.

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