Este artículo se publicó hace 16 años.
"El amor es el único motor de cambio"
El poeta Adonis presenta el ensayo ‘Sufismo y surrealismo’
Adonis (Siria, 1930) es el poeta del amor. De la pasión provista de un deseo carnal tan profundo que arroja al individuo en otra dimensión. Más cósmica, más universal. Su poesía es un canto al amor casi intelectual.
Ali Ahmad Said Esber –su verdadero nombre– es también hoy, según la crítica, el gran poeta de las letras árabes vivo. Más aún desde la muerte el pasado agosto de Mahmud Darwish, su antagonista poético. Sin embargo, él nunca ha estado demasiado de acuerdo con esa etiqueta. Laico, panarabista y universal, siempre ha abogado por la interculturalidad, por una poesía despojada de todo localismo. Fuera poemas de cortijo.
Precisamente, este jueves exaltó ambas características –el amor y la universalidad– durante la presentación en Madrid de su ensayo Sufismo y surrealismo (Ediciones del Oriente y el Mediterráneo), enmarcado en una jornada sobre el diálogo entre Europa y el Mediterráneo en la que también se presentó un nuevo número de la revista Quaderns de la Mediterrània.
“El sufismo –el misticismo de los musulmanes– siempre se ha asociado a la religión, pero va mucho más allá. Es un método de conocimiento y vida, por eso es también un surrealismo avant la lettre”, explicó el poeta. Y acto seguido relacionó esta corriente con su particular visión del amor: “El sufismo me interesa porque, para él, el amor es el núcleo fundamental del mundo, de ahí que la mujer sea tan importante en la mística. Es la que indica el camino para llegar a Dios”.
En esta época donde el integrismo islámico ha cobrado tanta fuerza en los países árabes, la voz de Adonis, un poeta tan contrario a la politización del arte –“Ya se ha demostrado que no puede cambiar la sociedad”, argumentó–, también tiene cabida. Según él, “es evidente que hay regímenes que están instrumentalizando la poesía para explicar la verdad que ellos quieren dar a conocer. Pero yo creo que esto es toda una falsedad, puesto que la poesía comprometida nunca ha hecho nada por la sociedad, ni siquiera por la poesía”
No al integrismoAsí, para Adonis, si existe una capacidad transfomadora en la composición poética, ésta reside en su potestad para crear el amor y la belleza. “Son los verdaderos motores de cambio de cualquier realidad. A través de ellos, se transforma la visión que uno tiene del otro”, adujo. Por eso sigue siendo necesaria y útil. Asimismo, esta visión entronca con la del misticismo, puesto que para el poeta, “éste no sólo establece un diálogo con el otro, sino una complementaridad: yo no puedo vivir sin el otro”. Las antípodas, a su vez, de todo tipo de integrismo.
Con su capacidad para el amor, la poesía se convierte, además, en el auténtico canon de la igualdad. “Mucho más allá de la tolerancia, ya que esta indica siempre una forma de poder: yo tolero que tú hables, por ejemplo. En el amor desaparece toda desigualdad”, señaló. Considerado un rupturista por sus composiciones cercanas a la forma de la prosa, Adonis admitió esta cualidad por una razón: “La gran poesía siempre es rupturista, porque va más allá de todos los géneros. En realidad, es el gran contenedor de géneros”.
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