La fiebre por colocar estatuas y monumentos del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, continúa a menos de un año de las elecciones municipales de mayo de 2023. Ahora toca la plantada de una enorme figura en bronce de más de tres metros de alta —más de seis metros si contamos con la peana— que homenajea los 100 años de la Legión española, un hecho que además llega con dos años de retraso. Se trata de un bronce de un legionario de la época de sus inicios liderados por el entonces teniente coronel (y después destacado general franquista) José Millán-Astray.

El enclave esta cargado de simbolismo: a un lado está el cuartel general de la Defensa (el Pentágono español) y enfrente está el Centro Superior de Estudios de la Defensa (CESEDEN). Pero lo que realmente llama la atención es que la figura se encuentra a 40 metros del monumento del pueblo de Madrid a la Constitución de 1978 (*), mientras que a sus espaldas se alza nada menos que la sede central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En apenas medio kilómetro cuadrado se amontonan varios grupos escultóricos; además del monumento a la Carta Magna y a la Legión de Millán Astray, destacan la figura de una mano de Botero, la estatua ecuestre de la reina Isabel I de Castilla, la fuente monumental del ingeniero Carlos Buigas, y las estatuas de los promotores de los Nuevos Ministerios Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.

Es decir, la zona ya se encuentra llena de monumentos y contrasta con otros emplazamientos menos ornamentados, como los alrededores del Ministerio de Defensa en el Paseo de la Castellana, por poner un ejemplo.

La Legión fue ideada por José Millán-Astray y creada por decreto en enero de 1920, inspirada directamente en la Legión Extranjera francesa. Era una época socialmente convulsa en España, con la guerra del Rif como telón de fondo. El conocido como Desastre de Annual, una humillante derrota para el ejército español en el entonces Protectorado español de Marruecos, aceleró e impulsó el desarrollo de esta fuerza de élite.

Rodeada de un culto al combate y a la muerte, una mística que recoge su "credo", precisamente en la Legión medró el que sería el dictador Francisco Franco tras la sublevación contra la II República en 1936 y los siguientes tres años de sangrienta guerra.

Pese al prestigio que ha ido ganando la Legión española en democracia y en misiones en el extranjero, la estatua se remonta a la época más convulsa y violenta de esta fuerza, que actuó en las colonias españolas de forma despiadada y brutal con torturas, decapitaciones, armas químicas en el Rif, o su brutalidad extrema en la represión de la revolución de Asturias de 1934 y durante la Guerra Civil.

De esta manera, se ha perdido la oportunidad de realizar un homenaje más actual a la Legión, sin tener que remontarse a las épocas más oscuras de la historia militar española. Y el emplazamiento de la estatua, que es responsabilidad del Ayuntamiento de Madrid, hace inevitable la fotografía del limpio cubo blanco de mármol que celebra la Constitución de 1976 con el oscuro soldado de bronce.

"Mueran los intelectuales" frente al CSIC

En el imaginario español ha quedado la historia de la discusión de Miguel de Unamuno y el fundador de la Legión en la inauguración del curso de 1936 en la Universidad de Salamanca, de la que el primero era rector. Justo el 12 de octubre de ese año, "día de la raza" y hoy fiesta nacional de España, el famoso, y discutido, "venceréis, pero no convenceréis" del literato después del no menos famoso, y también discutido, "¡Mueran los intelectuales!" del militar.

Casualidad o no, lo cierto es que la estatua que homenajea a esa Legión de Millán-Astray se encuentra junto enfrente del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la sede del CSIC, núcleo histórico de la intelectualidad española y en donde también se encuentra la célebre Residencia de Estudiantes.

La estatua elegida para homenajear a la Legión es obra de Salvador Amaya (autor también de otras estatuas recientes, como la de Blas de Lezo y la que conmemora a 'los últimos de Filipinas') a partir de un boceto de Augusto Ferrer-Dalmau. Según describe Defensa, "la escultura representa a un legionario veterano, de la etapa fundacional de la Legión, con la uniformidad de la época, agarrando el fusil con las dos manos y con la bayoneta calada". "Bajo sus pies se muestra un terreno pedregoso, que recrea la intervención legionaria en la guerra del Rif, de 1920", añade.

El monumento es una donación del Ministerio de Defensa, y la Fundación Museo del Ejército se encargó de realizar una cuestación popular para financiarla, aunque no se han revelado los datos del coste total del monumento, tanto el sufragado por ciudadanos como por las arcas públicas.

Preguntado por Público, Luis Lafuente Batanero, director general de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid, asegura que la decisión de colocar esta estatua en ese lugar (la idea inicial del autor era la Plaza de Oriente) correspondió a la Comisión de Calidad del Paisaje Urbanístico, mientras que recuerda que se trata de una donación de Defensa y el consistorio no ha intervenido en su diseño.

Fuentes del Ayuntamiento confirman que la idea era colocar el monumento donado "en un lugar próximo a una institución militar", y por eso se ha situado enfrente del Cuartel del Estado Mayor de la Defensa y del CESEDEN.

Asimismo, la inauguración está prevista para el 10 o el 11 de octubre, aprovechando el desplazamiento de un destacamento de la Legión a Madrid para participar en el desfile militar tradicional del 12 de octubre. De momento, siguen las obras para su colocación.

(*) Corrección: por error de este redactor, en una versión anterior ponía "Constitución de 1976", cuando el año es 1978, como es bien sabido. Rogamos disculpen las molestias.