El trastorno por alimentación nocturna, cuando comer de más por las noches es un problema
Dr. Ibai Arregui
Neuropsicólogo y psicólogo sanitario del Hospital Universitari General de Catalunya (Sant Cugat y Barcelona)
Generalmente la persona que sufre un trastorno por alimentación nocturna lo hace porque tiene algún malestar emocional. Se trata de una condición por la que la persona consume gran cantidad de alimentos durante la noche. Puede empezar tímidamente, y ser algo impulsivo, pero con el tiempo establecerse como una pauta o modo de lograr ese placer que no alcanzamos por esas emociones no resueltas.
Ibai Arregui es neuropsicólogo y psicólogo sanitario del Hospital Universitari General de Catalunya (Sant Cugat, Barcelona), adscrito al grupo Quirónsalud, explica que las personas con este trastorno de la conducta alimentaria suelen tener detrás algún malestar emocional sin resolver.
“Son personas que empiezan a comer compulsivamente por la noche ante un problema vital cotidiano sin resolver, alguna situación conflictiva que no saben gestionar, alguna preocupación, o bien porque sufren de estrés crónico. Encuentran que la única manera de gestionarlo de forma efectiva, pero errónea, es a través de la comida”, añade este experto.
Para ellos, según prosigue, comer impulsivamente genera por un lado placer instantáneo y satisfacción pero, por otro lado, les provoca un sentimiento de culpa porque la persona aprende a gestionar su malestar desviándose hacia el placer, en lugar de afrontar su malestar emocional real.
“El trastorno por alimentación nocturna se caracteriza por episodios recurrentes de comer en exceso durante la noche, a menudo acompañados de sensaciones de falta de control. Generalmente, suelen ser alimentos saciantes, intensos en sabor, grasos, salados o azucarados, que conectan a la persona con el placer”, apostilla el especialista del Hospital Universitari General de Catalunya.
Cómo detectarlo: principales signos de alerta
Otra característica, tal y como precisa, es que habitualmente se comen hasta llegar a sentir llenazón. Además, sostiene que un punto a tener en cuenta es que empieza por una impulsividad inicial que es espontánea: “Primero produce mucho placer frente a un malestar, y se instaura con fuerza como un método de gestión primario. Las siguientes veces que la persona se levanta a comer no resultan tan eficientes, pero palían parte del malestar de la persona. Es como una adicción”.
Es más, destaca que la clave para reconocer el trastorno de alimentación nocturna es prestar atención a los patrones de alimentación durante la noche, y ver cómo se siente la persona al respecto. “El trastorno de alimentación nocturno es un subtipo de trastorno de alimentación. Por ello, si la persona siente que los hábitos alimenticios nocturnos están fuera de control y afectan a su vida diaria es importante buscar ayuda”, asegura.
Por otro lado, Ibai Arregui mantiene que algunos signos de alerta del trastorno de alimentación nocturna incluyen:
● Despertarse regularmente para comer grandes cantidades de comida.
● Sentirse angustiado por estos episodios.
● Tener dificultades para conciliar el sueño si no se come antes.
“Generalmente, hay culpa después del alivio porque el método gestión genera sensación de no saber hacerlo de otra forma. Y se entra en un bucle de búsqueda de control a través de la comida, culpabilidad posterior, de nuevo búsqueda de control, más culpabilidad, y se entra en un círculo vicioso”, insiste este psicólogo general sanitario.
¿Sueles comer más por la noche?
Asimismo, este neuropsicólogo incide en que si se nota un patrón de comer en exceso durante la noche es importante prestar atención a cómo nos sentimos al respecto y si esto afecta a nuestra calidad de vida y de salud en general (interrupción del sueño, ansiedad).
Si bien es cierto que no existe un perfil de persona que sufra trastorno de la alimentación nocturna, eso sí, Arregui matiza que lo que sí tienen en común estas personas es la existencia de un nivel elevado de insatisfacción en su vida, una dificultad para tolerar la frustración, y pueden estar conectadas a conductas adictivas o evitativas.
“El trastorno alimentario nocturno es un intento (erróneo) de sentirse de nuevo en control. Hay personas que usan métodos de aproximarse hacia el placer para evitar del dolor (véase la bulimia o los atracones del trastorno alimentario nocturno) y hay personas que restringen todo contacto con el mundo exterior para sentir control como en la anorexia restrictiva”, afirma este especialista del Hospital General Universitari de Catalunya.
Consejos para quienes lo sufren
En último lugar, este especialista insiste en la necesidad de buscar ayuda profesional si se cree que se puede sufrir trastorno alimentario nocturno:
"Hablar con un médico o un psicólogo que pueda proporcionar estrategias para manejar los hábitos alimenticios nocturnos, buscar la raíz del problema, y mejorar el bienestar emocional y físico son fundamentales ante este proceso”.
Toda serie de hábitos para gestionarlo de forma alternativa puede servir, según indica, desde empezar mejorando la calidad de los alimentos que se comen durante el atracón, reduciendo el volumen, eligiendo antes los alimentos y la cantidad, o por ejemplo probando a no comer.
“No obstante, las pautas y los hábitos que se pacten con el terapeuta siempre se definirán de manera personalizada; teniendo en cuenta factores individuales, el contexto, el carácter de la persona, o familia, entre otros”, concluye Ibai Arregui es neuropsicólogo y psicólogo sanitario del Hospital Universitari General de Catalunya (Sant Cugat, Barcelona).