El impacto psicológico de la incontinencia urinaria no debe subestimarse
Dr. Oscar Bielsa y Dr. José Antonio Lorente
Jefes del Servicio de Urología de Hospital Quirónsalud Barcelona
Casi 6,5 millones de españoles, sobre todo mujeres y personas de avanzada edad, padecen incontinencia urinaria, un problema de salud que, además, va en aumento favorecido por el envejecimiento de la población. Se trata de la pérdida involuntaria de orina, y actualmente afecta a 400 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Asociación Española de Urología.
Factores como el embarazo, el parto, la menopausia y la estructura anatómica femenina hacen que las mujeres sean más propensas a este problema. En los hombres, en cambio, los problemas relacionados con la próstata, como la hiperplasia prostática benigna, son las principales causas de incontinencia.
Además, la incidencia aumenta considerablemente con la edad, debido a la debilitación natural de los músculos pélvicos y otros problemas de salud asociados al envejecimiento, como enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple o Parkinson) y el deterioro físico general.
Miedo, vergüenza o desconocimiento
A pesar de su prevalencia, la incontinencia sigue siendo un tema tabú, lo que lleva a que muchos afectados no busquen el tratamiento adecuado, bien por miedo, por vergüenza o simplemente por desconocimiento.
Muchas personas afectadas experimentan sentimientos de vergüenza, lo que a menudo conduce al aislamiento social. A su vez, la imposibilidad de controlar las fugas urinarias en situaciones públicas o laborales genera ansiedad, presión e incluso afecta la autoestima.
Así, el impacto emocional y social de la incontinencia urinaria no puede subestimarse. Actualmente, representa la tercera enfermedad crónica que más afecta la calidad de vida, después de las patologías mentales y los problemas cardiovasculares.
Por esta razón, es vital romper tabúes, fomentar un diálogo abierto sobre esta afección con los pacientes y dar a conocer los posibles tratamientos con los que se puede recuperar el control y mejorar significativamente la calidad de vida.
Principales causas de la incontinencia urinaria
Entre las principales causas de la incontinencia se encuentran:
• El debilitamiento de los músculos del suelo pélvico por embarazos, partos o cirugías.
• Problemas neurológicos, como la esclerosis múltiple, que interfieren con la señalización normal entre el cerebro y la vejiga.
• Infecciones del tracto urinario, que irritan la vejiga y desencadenan episodios de incontinencia temporal.
• Medicamentos que incrementan la producción de orina o relajan los músculos de la vejiga, afectando su control.
• En los hombres, los problemas de próstata, particularmente la hiperplasia prostática benigna.
Tipos de incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria no es una condición uniforme y se puede clasificar en varios tipos:
1. Incontinencia funcional: Cuando una persona tiene dificultad para llegar al baño a tiempo debido a limitaciones físicas o mentales.
2. Incontinencia de esfuerzo: Los músculos del suelo pélvico no pueden soportar el aumento de presión intraabdominal, lo que provoca fugas al toser, estornudar, reír o realizar actividad física.
3. Incontinencia de urgencia: Caracterizada por una necesidad intensa y repentina de orinar, seguida de la pérdida de control, a menudo asociada con una vejiga hiperactiva.
4. Incontinencia mixta: Combinación de la incontinencia de esfuerzo y de urgencia, común en muchas personas.
5. Incontinencia por rebosamiento: Cuando la vejiga no se vacía completamente, lo que provoca un goteo constante; esto es más común en hombres con problemas prostáticos.
Tratamientos disponibles
Afortunadamente, existen diversas opciones para el tratamiento de la incontinencia urinaria, que varían según el tipo y la gravedad de la condición:
• Tratamiento de ondas de choque: Enfoque relativamente nuevo que utiliza ondas de choque para estimular la regeneración de los tejidos, aumentar el flujo sanguíneo y mejorar la contracción muscular.
• Ejercicios del suelo pélvico (Kegel): Recomendados para fortalecer los músculos pélvicos debilitados, estos ejercicios pueden ser muy efectivos para la incontinencia de esfuerzo.
• Medicación: Para quienes sufren de vejiga hiperactiva, los medicamentos que relajan los músculos de la vejiga pueden ser una opción.
• Cirugía: En muchos casos puede ser necesaria, como la implantación de una malla o la corrección quirúrgica del esfínter urinario.