Cistitis: un problema que aumenta en verano
Dra. Carmen Pingarrón Santofimia
Jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Hospital San José
El conjunto de órganos encargados de producir, almacenar y expulsar la orina del cuerpo es el aparato urinario. Se divide en dos: el aparato urinario superior o vías altas compuesto por los riñones y los uréteres y el aparato urinario inferior o vías urinarias bajas que incluye la uretra y la vejiga. La vejiga es la encargada de almacenar la orina, es como un globo de paredes elásticas con la capacidad de relajarse cuando se está llenando y de contraerse cuando se vacía. La orina la producen los riñones constantemente al filtrar los desechos y el exceso de agua de la sangre, aproximadamente cada 10 o 15 segundos se van liberando pequeñas cantidades de orina desde los riñones a la vejiga a través de los uréteres. Cuando está llena los nervios de la vejiga envían la orden al cerebro para orinar, el cerebro ordena a los músculos de la vejiga que se contraigan y a los esfínteres que se relajen, la orina sale por la uretra y se produce el acto de orinar o micción.
Hay muchas enfermedades que pueden interferir en el funcionamiento normal de la vejiga como por ejemplo la incontinencia urinaria, cuando se pierde el control de la vejiga; la vejiga hiperactiva, que hace que la vejiga expulse orina cuando no tiene que hacerlo; el cáncer de vejiga o la cistitis, una inflamación de la vejiga producida por una infección que puede se bacteriana, vírica o micótica (por hongos). Las infecciones ocurren cuando las bacterias que están en el exterior llegan a las vías urinarias a través de la uretra. La mayoría de los casos de cistitis en mujeres están causados por un tipo de bacteria concreto, la Escherichia coli (E. coli), “un germen habitual del tracto digestivo y que por cercanía puede llegar fácilmente a la uretra, desde allí asciende a la vejiga donde coloniza su epitelio y se multiplica causando gran parte de las infecciones” apunta la Doctora Pingarrón Santofimia, Jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José.
Los síntomas más característicos de esta infección son dolor y escozor al orinar, “algo de hematuria o sangre en la orina, sensación de quedarse con las ganas de orinar cuando ya has terminado, lo que se conoce como tenesmo y el aumento de la frecuencia con que se va a orinar, polaquiuria. Estos síntomas suelen ir acompañados de dolor en la zona baja del abdomen y una sensación de incomodidad constante” añade la doctora Pingarrón. Aunque algunos estudios demuestran que es más frecuente la cistitis en verano, la playa, las piscinas, el sudor y los bañadores húmedos que favorecen la proliferación de gérmenes, también en invierno o en épocas de frío aumentan los casos de cistitis. Existen asimismo otros desencadenantes de esta infección “como el aumento del número de relaciones sexuales en el tiempo, las infecciones vaginales que, a veces, conviven y coinciden con las cistitis o las diarreas y en general cualquier factor que pueda crear un desequilibrio en el área urogenital” explica la especialista.
Algunas personas son más propensas a sufrir cistitis, especialmente las mujeres, porque al tener una uretra más corta que los hombres, las bacterias que provocan infección en la vejiga o las vías urinarias, llegan más rápido a esta zona del cuerpo. Pero también existen factores que aumentan el riesgo de contraer infecciones urinarias como el uso de anticonceptivos de barrera (preservativo, diafragma) que aumenta hasta cuatro veces el índice de infección o los cambios hormonales durante el embarazo y la menopausia. Ante la sospecha de sufrir cistitis, es aconsejable acudir al médico para que, mediante un sencillo análisis de orina, confirme la posible existencia de infección. El tratamiento es con antibióticos de corta duración que se eliminan rápidamente por la orina. Se pueden comenzar a tomar sin esperar el resultado de la analítica para calmar los síntomas de la cistitis y frenar el avance de la infección. Una vez confirmado el diagnóstico, además del tratamiento con antibiótico, “es conveniente añadir probióticos entre uno y tres meses para restablecer y fortalecer la flora y evitar las cistitis recurrentes. Existen también preparados que combinan los probióticos con arándanos rojos, D-manosa, vitamina C, que ayudan a prevenir y eliminar estas infecciones tan molestas” concluye la doctora Pigarrón.
Para disfrutar de un verano lo más alejado posible de infecciones urinarias, hay que mantenerse hidratado, tomar líquidos, especialmente agua, orinar con frecuencia, evitar siempre que se pueda el uso de baños públicos o aseos al aire libre que pudieran estar en condiciones higiénicas no muy recomendables e intentar pasar el menor tiempo posible con la ropa de baño húmeda puesta.