Este artículo se publicó hace 16 años.
"Hay que dar el salto del cemento al conocimiento"
La Directora General de Investigación confía en la entrada del sector privado en el sistema nacional de I+D+I
Captar talento, seducir al sector productivo y desarmar la burocracia son los tres grandes retos del sistema español de I+D+I (investigación, desarrollo e innovación). Un éxito al respecto permitiría dar ese salto de calidad que situaría al país en materia de ciencia y tecnología en el mismo puesto internacional que ocupa ya por riqueza económica, entre los diez primeros Estados del mundo. El Gobierno estrena este año una herramienta clave para lograrlo, el Plan Nacional de I+D+I 2008-2011, que aspira a ser una locomotora de progreso para la ciencia española. Justo a tiempo de poner el plan en marcha, en septiembre de 2007, se eligió a la maquinista, la geofísica Montserrat Torné (L’ Albagés , Lleida, 1958). Torné encabeza la Dirección General de Investigación, que depende del Ministerio de Educación y Ciencia, un puesto que define como “la correa de transmisión entre las prioridades políticas y las necesidades de la comunidad científica”.
El gasto público en I+D creció en los dos últimos años cerca del 30% y este año se ha quedado en un 17%. ¿No es eso un freno?
No es una marcha atrás. El sistema de I+D+I necesitaba una apuesta importante para entrar en la agenda política. Este Gobierno lo ha hecho, con una puerta presupuestaria, que era incrementar el 25% anual. Ahora no interesa tanto una entrada rápida de dinero, que podría además descontrolar el sistema, sino fijar un crecimiento sostenido por encima de lo normal. Si en los próximos años crecemos en torno al 16%, el gasto podrá aproximarse desde el 1,2% de PIB actual al objetivo del 2,2% en torno a 2011.
¿Qué destacaría del nuevo Plan Nacional de I+D+I?
A mí me atrae mucho poner en marcha la nueva línea de fortalecimiento institucional. No se financiará sólo a investigadores y grupos, sino también a instituciones. También es importante la mayor participación de las comunidades autónomas en la ejecución del plan. Y desde luego es fundamental que por primera vez vaya acompañado de un escenario presupuestario. La apuesta en I+D es ambiciosa, los recursos aumentarán un 100% respecto al plan anterior, pasaremos de unos 24.000 millones de euros a 47.000 millones.
¿Por qué la ciencia española es tan poco productiva?
El problema es común a toda Europa. El mundo académico no tiene ya nada que ver con el de 10 años atrás, pero aún no ha permeado lo suficiente una cultura emprendedora, que haga que el científico no se limite a publicar y ya está, sino que aspire a llevar el conocimiento al sector productivo, a través de patentes, licencias, creación de empresas…
¿Qué echa de menos en la I+D+I española y europea?
Deberíamos potenciar una cultura del mecenazgo, cuando la tengamos, querrá decir que la sociedad ve la necesidad de invertir en I+D+I. Que una persona deje su legado a la ciencia ocurre en EEUU, aquí no.
¿Cómo puede mejorarse la carrera científica española?
El periodo de formación es muy bueno, el problema aparece a la hora de alcanzar la estabilización profesional del investigador. Ahí tenemos un déficit, porque nuestro sistema se basa única y exclusivamente en el modelo funcionarial. Probablemente un sistema mixto daría más juego. Y además es importante que entre el sector productivo. Un investigador que se forma, que ya ha acabado su tesis doctoral, que ya cuenta prácticamente con dos o tres años de posgrado, debería tener las puertas abiertas tanto en la academia como en el sector productivo. Si conseguimos que el sector productivo se meta en la I+D+I, el mercado laboral de los investigadores se abrirá muchísimo.
Parece que todo el fallo del sistema está en que no participa el capital privado. ¿No es eso eximir de responsabilidad al Estado?
Estoy totalmente de acuerdo. Pero el gran déficit de España y Europa respecto a EEUU y Japón está en la participación del sector productivo. No puedes forzar su entrada, pero tiene que ver que la estabilidad y la apuesta de futuro está en invertir en conocimiento, en nuevas tecnologías, en exportar todo eso en lugar de importarlo. Afortunadamente para sus ciudadanos, Europa ya no puede competir en salarios con otros países menos desarrollado, así que el futuro está claramente en la I+D+I.
Ya, pero, ¿y si las empresas no lo ven?
Es un problema que no se puede resolver en un lapso breve de tiempo, pero los empresarios tontos no son, porque se trata de su supervivencia. Mi lema es que hay que pasar del cemento al conocimiento.
La liga española de fútbol es la mejor porque tiene a los mejores jugadores del mundo, no porque retenga a los futbolistas nacionales. ¿Por qué en ciencia no es igual y se da esa obsesión por la fuga de cerebros?
Es cierto. No debería hablarse tanto de retorno de cerebros, sino de fomentar la movilidad. El talento debe moverse, igual da que sea dentro de España, donde hay centros de investigación tan buenos como en el extranjero, o fuera. Es bueno que los españoles se vayan y vuelvan con más conocimiento y también que vengan extranjeros a aportar cosas. Pero esto depende de la oferta que hagas y del entorno que ofrezcas. Si creamos departamentos de universidades y laboratorios competitivos, tan atractivos como puedan ser el Real Madrid, el Barça o el Sevilla – seguro que me dejo a algún equipo–, muchos buenos científicos vendrán a ellos.
Para que la sociedad invierta en ciencia, primero ha de saber que existe, ¿es utópico promover la comunicación social de la ciencia?
No, es una necesidad del propio ciudadano, que cada vez se preocupa más por el cambio climático o por su salud y se interesa por la investigación que hay detrás de estos problemas, buscando y encontrando soluciones.
¿Por qué no llegan más mujeres a la punta de la pirámide de la I+D+I?
Es cierto, se hacen esfuerzos para corregirlo, pero es necesario un apoyo decidido de todas las fuerzas políticas, porque perdemos un potencial humano muy importante; nos dejamos fuera a más del 50% de la población, cuando puede tener la misma o mejor capacidad de trabajo. No podemos permitir que por una mala estructuración de la sociedad se pierda la inversión que se hace en la Universidad, que forma en un 60% a mujeres, aunque sólo sea por rentabilizar esa inversión...
¿Paridad o conciliación?
Ahí está, sin políticas de conciliación, el sistema revienta, por mucho esfuerzo inicial que se haga. Y también hace falta un cambio cultural. He trabajado en países nórdicos, donde a las cinco de la tarde se cerraba el laboratorio y se acabó, y eso no quiere decir que esa gente no sea productiva. Aquí nos da la impresión de que si no trabajas 14 horas no lo estás haciendo bien, cuando a lo mejor si compactas bien el tiempo, puedes producir más en ocho o en seis horas.
Pero usted es de las que trabajan 14 horas...
Sí, es cierto, es un poco por el voluntariado, que a veces lo equivocamos...
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