Público
Público

Grasa contra la grasa

El tejido adiposo marrón quema energía y podría ser utilizado para luchar contra la obesidad

DANIEL MEDIAVILLA

Dos estudios que hoy ocupan la portada de la revista Nature abren la puerta para que un tipo de grasa –el tejido adiposo marrón– se convierta en una herramienta para combatir la obesidad. A diferencia de la grasa blanca, encargada de almacenar energía y responsable de los michelines, la grasa marrón se quema para mantener el organismo caliente. Una mayor presencia de este segundo tipo de tejido adiposo haría reducir la grasa blanca y, por lo tanto, adelgazar. Con este objetivo, investigadores del Harvard Medical School y el Instituto del Cáncer Dana-Farber de Boston han desarrollado métodos que han permitido crear ratones con elevados niveles de esta grasa adelgazante.

El primer grupo estudió los factores que regulan el de-
sarrollo de los distintos tipos de tejido graso e identificó uno
–las proteínas BMP7– que promueve exclusivamente el desarrollo de células grasas marrones. En su artículo explican cómo los ratones que no contaban con esta proteína en su organismo tenían unos niveles bajos de grasa marrón. Por el contrario, cuando los investigadores introdujeron de manera artificial este interruptor molecular, pudieron observar una gran incremento de este tejido adiposo mientras los niveles de grasa blanca permanecieron normales.

Tratar la obesidad

El equipo del centro Dana-Farber trabajó con un mecanismo que permite convertir células musculares en células marrones. Este proceso lo regula un interruptor molecular llamado PRDM16 que el director del estudio, Bruce Spiegelman, ha definido como el “principal regulador del desarrollo de células marrones”. A partir de este hallazgo, los científicos del laboratorio de Boston investigarán la posibilidad de crear fármacos que aceleren el PRDM16 y conviertan la grasa blanca en grasamarrón para tratar la obesidad. Una segunda estrategia propuesta por Spiegelman consistiría en transplantar células de grasa marrón en personas con sobrepeso para que su cuerpo consumiese más calorías. “Creo que tenemos evidencias muy convincentes de que PRDM16 puede transformar [otras] células en células de grasa marrones, con la posibilidad de combatir la obesidad”.

Aunque el interés de ambos estudios como investigación básica es grande, según explica Mònica Bulló, profesora agregada de la Unidad de Nutrición Humana del Hospital Sant Joan de Reus, “la aplicación está lejana”. “La realidad es que se desconocen cuáles son los mecanismos concretos que intervienen en la conversión celular y no se sabe si este tipo de tratamientos tendría efectos secundarios”, indica.

Cambio del metabolismo

Al contrario que otros fármacos que se emplean hasta ahora contra la obesidad, algunas de las posibles aplicaciones de los hallazgos publicados en Nature no sólo funcionarían mientras se toma el fármaco. Se trataría de cambiar el metabolismo de los pacientes para que comenzasen a producir un tipo de grasa que incrementase su consumo de energía. Sin embargo, la grasa blanca no sólo tiene efectos negativos, sino que cumple un buen número de tareas necesarias para el correcto funcionamiento del cuerpo. “Habría que ver cómo afectan las modificaciones de la composición corporal a otros procesos como la inmunidad”, indica Bulló.

Para que los nuevos hallazgos sean útiles, además, se deberán aclarar dudas como cuál es la verdadera presencia de células marrones en los humanos adultos. Hasta ahora se creía que sólo se encontraban en los recién nacidos, pero nuevos estudios indican que podrían hallarse también mezcladas con el tejido adiposo blanco. Con respuestas a preguntas como ésta, la grasa marrón podría convertirse en la mejor herramienta para luchar contra la grasa blanca.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?