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Un estudio localiza en el cerebro el centro del optimismo

El experimento muestra que la mente prefiere imaginar el futuro en positivo

DANIEL MEDIAVILLA

Los humanos no tienen una memoria que se caracterice por conservar los hechos tal y como son. Cuando se mira al pasado, es habitual remozarlo, quizá para que el peso de lo malo no sea un lastre en el camino por recorrer previsto. Si esto ocurre con los capítulos ya cerrados y conocidos, no es tan sorprendente que se haga lo mismo con el futuro, que aún está pendiente de escribir.

En un artículo que publica hoy la revista Nature, un grupo de científicos de la Universidad de Nueva York (EEUU) muestra cómo identificaron mediante un sistema de Imágenes por Resonancia Magnética funcional (fMRI) el tipo de actividad cerebral que se producía en una serie de voluntarios cuando pensaban en sucesos futuros, como ganar un premio o perder a un familiar.Los investigadores observaron que los participantes esperaban con más frecuencia sucesos positivos que negativos. Además, detectaron una actividad más intensa en dos regiones del cerebro –la amígdala y la región rostral del cíngulo anterior–, asociada a las proyecciones optimistas. Estas zonas cerebrales son las mismas que muestran irregularidades durante una depresión.

La coautora del estudio Elizabeth Phelps explica: “Comprender el optimismo es fundamental, ya que el optimismo está relacionado con la salud física y mental, y lo contrario sucede con el pesimismo, que está relacionado con la gravedad de síntomas de depresión”.Los autores indican que, aunque imaginar situaciones negativas que puedan producirse en el futuro también es importante para la supervivencia, el optimismo puede ser el resultado de una adaptación necesaria para motivar comportamientos en el presente que proporcionen beneficios más adelante.

Este trabajo es parte de una estrategia cada vez más popular para comprender de manera unificada el funcionamiento del cerebro y la mente, buscando las bases neurobiológicas de los estados psicológicos. En el estudio colaboraron expertos en el análisis de imágenes cerebrales con psicólogos, para lograr asociar la actividad física del cerebro que se producía cuando el voluntario estaba experimentando un determinado estado mental.

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