Se buscan premios Nobel que quieran investigar en las universidades de Castilla y León. Las condiciones: el puesto de trabajo tiene una duración de seis meses y precisa exclusividad, es decir, es incompatible con cualquier otro empleo durante ese tiempo. El sueldo, como mucho, la quinta parte de lo que un científico de ese rango cobraría en el resto de Europa o EEUU.

"Además, como no tenemos recursos ni instalaciones avanzadas para la investigación en biotecnología o química, nos pidieron que buscáramos nóbeles baratos, de papel y lápiz, en las áreas de economía, matemáticas, sociología o literatura, por ejemplo", explicaba el economista Santiago López, director del Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca.

El director realizó estas declaraciones en el marco de la presentación del IV Informe de la Ciencia y la Tecnología, publicado por la Fundación Alternativas, que tuvo lugar el pasado jueves 1 de junio en Madrid. 

La oferta de trabajo, que apareció en el BOCYL esta semana, suscitó la risa en los círculos académicos.

"No podemos estar haciendo el ridículo constantemente, porque vamos a quitar el empleo a los humoristas", se quejaba el químico y biólogo molecular Emilio Muñoz, que fue presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y es también coautor del informe.

Pero no todo son críticas. En España, también tenemos fortalezas. Y una de ellas es, precisamente, el talento humano. En 2022, tanto el número de doctores en España como la población con educación superior mostraban valores por encima de la media europea.

"Tenemos el potencial en cuanto a formación y talento científico, lo que debemos es aprender a aprovecharlo y a incentivarlo para que se quede en España", comentaba la socióloga Ana Fernández Zubieta, investigadora en la Universidad Complutense de Madrid y otra de los dieciocho expertos que firman el informe.

Pero no solo necesitamos que esos cerebros se queden aquí, sino que trabajen para su país: cada vez es más frecuente que expertos en distintas áreas, sobre todo, informáticos o ingenieros, estén trabajando desde España, a distancia, para empresas estadounidenses, "con sueldos mucho más altos de lo que cobrarían en una empresa española", puntualiza Fernández Zubieta. Para retener ese talento, es necesario cuidarlo.

Asignaturas con sobresaliente

Es una apuesta imprescindible si no queremos dejar el pasar el tren de la innovación que está pasando ya delante de nuestras narices, tal y como señalaba el biólogo del CSIC Vicente Larraga, codirector del informe. En su opinión, España está en buena situación en el contexto global.

"Tenemos capacidad suficiente de innovación al ritmo que marca la ciencia, pero, ¿podemos estar en una situación puntera en todos los ámbitos?". Para este experto, la clave está en enfocarnos en aquello en lo que podemos destacar.

"El espacio y la biotecnología". Son las dos áreas en las que España está preparada para despuntar en el marco europeo, según afirmaba el catedrático de Ingeniería de Telecomunicaciones Gonzalo León, delegado del rector para las relaciones con el Ministerio de Defensa, coautor del informe.

En estos sectores, la posición de España no tiene nada que envidiar al resto de Europa. "Somos el segundo país de la UE en biotecnología, solo por detrás de Dinamarca", recalcó León.

La investigación en enfermedades infecciosas y vacunas, en concreto, ha sido una de las áreas estrella a la luz de la reciente pandemia, que al mismo tiempo ha dejado claro una cosa: "Necesitamos más personal y más instalaciones de alta seguridad", añadía Larraga.

Hacer ciencia en un contexto movidito

La ciencia y la tecnología no pueden vivir al margen del contexto histórico que nos ha tocado vivir. "En los últimos cuatro años, nos han cambiado las circunstancias geopolíticas, primero con la pandemia, ahora con el periodo de semiguerra fría en el que estamos entrando", explicaba Larraga.

El biólogo destacaba que "si España, como parte de Europa, quiere apoyar la autonomía estratégica y mantener la independencia de China y de Estados Unidos desde el punto de vista tecnológico, tiene que invertir en personal investigador y poner la investigación y la innovación en la base de sus políticas".

"Hace 30 años, China tenía una ciencia más o menos como la de España. Esto demuestra que en 30 años, con las medidas adecuadas, podemos mejorar mucho nuestra situación actual", aseguraba Larraga.

Otro sector en el que no andamos mal es la digitalización: España ocupa la séptima posición en Europa, según el Índice 2022 de la Economía y la Sociedad Digitales.

Todavía nos queda, eso sí, aprovechar esa ventaja para desarrollar áreas que serán claves a corto plazo, como la inteligencia artificial y la ciberseguridad, "dos prioridades en el contexto geopolítico actual", en palabras de Larraga.

¿Cuál es el papel del tejido empresarial en todo esto?

"Es necesario lograr que las pymes, que conforman la mayoría del sector privado en España, se interesen en innovación, y reforzar el vínculo entre la investigación y la producción", apunta la codirectora del informe, Isabel Álvarez González, catedrática de Economía Aplicada en la Universidad Complutense y vocal en el Consejo Asesor de Asuntos Económicos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

Por otra parte, según recoge este análisis, solo un tercio de empresas españolas han invertido en paliar el impacto del cambio climático –una de cada dos compañías grandes y una de cada ocho microempresas–.

Según los autores, necesitan, probablemente, un pequeño impulso por parte de la Administración y los fondos europeos. Una foto nacional que, sin ser brillante del todo, al menos, se muestra prometedora. "Lo que reivindicamos es más ambición. Pero el talento lo tenemos", concluye Ana Fernández Zubieta.