Vietnam fue el primer escenario de operaciones en el que se utilizaron aeronaves sin tripulación de forma sistemática. Los estadounidenses emplearon los Firebee para fotografiar desde el aire las posiciones del Vietcong. Aunque EEUU sigue siendo el líder mundial, España quiere entrar en el grupo de cabeza. Más de una decena de iniciativas están en marcha. La mayoría, como el proyecto Pelícano que vigilará las aguas del Índico para la Armada, son de uso militar, pero ya se trabaja para que puedan ser usados en otros ámbitos.
No ha sido hasta hace pocos años cuando se ha dado un nuevo impulso a los UAV (siglas de Unmanned Aerial Vehicles, o Vehículos Aéreos no Tripulados), llamados desde hace dos años UAS (Unmanned Aerial Systems). Son aviones no pilotados totalmente autónomos capaces de realizar funciones tanto militares como civiles, desde vigilancia de fronteras hasta detección de objetos o gestión de catástrofes.
'Ya no se trata de aviones, sino de complejos sistemas', explica César Ramos, director de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae). Desde aparatos de 10 centímetros de largo a aviones con envergadura similar a la de un Boeing 707, incorporan las últimas tecnologías de radares, cámaras y sistemas de comunicaciones.
Los UAS conforman un sector al alza, ya que, según un informe de la consultora Teal Group, en 10 años las inversiones pasarán de los casi 3.500 millones de euros actuales a 8.000 millones, de los cuales el 55% se destinará a compras y el resto a programas de investigación. Todo ello llevará consigo la fabricación de casi 30.000 unidades hasta 2020, la mitad de ellas en EEUU, que aumentará su producción a consecuencia de los conflictos en Irak y Afganistán. Incluso algunos estudios hablan de que, en 2030, un 10% de las inversiones militares se dedicarán a sistemas no tripulados como el Predator, el UAS más utilizado en Afganistán.
Los expertos consultados por Público afirman que España se encuentra bien situada para seguir de cerca a EEUU, Israel y Japón, los líderes en este campo. Existen muchas empresas y universidades que trabajan en campos como vuelos en formación, e industrias que fabrican elementos para estos vehículos a escala internacional.
Una de estas empresas es Indra, que ha desarrollado el Pelícano, un vehículo pensado para apoyar la lucha de la Armada contra la piratería en el océano Índico. 'Sin duda, los sistemas aéreos no tripulados son una oportunidad para el sector aeronáutico español en los próximos años', afirma Ramos.
El crecimiento de la inversión en este tipo de vehículos aéreos también está haciendo crecer el interés de las administraciones. Un ejemplo es la próxima construcción en Villacarrillo (Jaén) del Centro de Vuelos Experimentales Atlas. Se trata de la primera instalación en España dedicada a experimentar con tecnologías y sistemas de aviones no tripulados, con objeto de servir como trampolín de la tecnología en España. Es fruto del esfuerzo de la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial (FADA) que ha contado con una financiación de 4,2 millones de euros procedentes del Gobierno andaluz y del programa europeo Feder.
'Acabará de construirse a finales de este año y será un espacio aéreo segregado que permitirá volar a todas las aeronaves de cualquier organismo de investigación en España', adelanta Antidio Biguria, responsable del área de aviónica y sistemas no tripulados del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC).
Será un espacio aéreo exclusivo para estas aeronaves, ya que la integración con la aviación civil se está investigando. 'La tendencia son las tecnologías Sense and Avoid [Detectar y Evitar] y en ellas estamos trabajando', continúa Biguria. 'Se trata de sensores y sistemas de comunicación capaces de detectar aeronaves en el entorno del avión y de evitar colisiones', explica.
Esta tecnología, que permite a las aeronaves recibir información sobre el tráfico aéreo, podría aplicarse en 2016, aunque Ángel Moratillas, subdirector de investigación de programas del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), lo duda. 'Hay que realizar aún muchas pruebas para comprobar que la tecnología funciona plenamente', asegura. Pero lo cierto es que Sense and Avoid será clave para integrar de manera efectiva este tipo de aeronaves en el espacio aéreo, lo cual servirá para que los UAV se empleen no sólo en el campo militar, sino en ámbitos como la vigilancia de fronteras, control de incendios, inspección de líneas eléctricas, oleoductos o investigación atmosférica, entre otras misiones.
También en Andalucía, el CATEC, gestionado por FADA, tiene entre sus líneas estratégicas el desarrollo de proyectos UAV en Sevilla, como sistemas de visión artificial o encriptación de comunicaciones, y el INTA continúa las investigaciones con este tipo de vehículos en el centro de El Arenosillo (Huelva) para la defensa y el espacio.
Hay una carrera de fondo entre varias comunidades para saber en cuál de ellas se instalará el Centro de Excelencia de Aviones No Tripulados de EADS, el consorcio aeronáutico europeo en el que España participa y al que pertenecen Airbus y Eurocopter, entre otras divisiones. La última en optar a este centro ha sido Catalunya, que deberá competir con Madrid, Galicia y Andalucía para albergar unas instalaciones a las que se comprometió EADS en 1999, año en que Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) se integró en el consorcio. Pero, de momento, no hay fecha para la decisión final.
España tiene entre manos numerosos proyectos relacionados con UAS. El INTA ha desarrollado o está ultimando varios sistemas, y ya tiene un par de patentes relacionadas con la navegación autónoma. El CDTI ha financiado desde 2006, con más de 100 millones de euros, a 16 proyectos de I+D de 40 empresas, la mitad de ellas pymes. Entre esos proyectos destacan Sintonía -destinado a desarrollar nuevos materiales inteligentes para UAV de mayores prestaciones, menos contaminantes y más ecológicos- y Atlante, un UAV que podrá volar en el espacio civil y que en la actualidad 'está superando la fase de Revisión Crítica de Diseño y se espera que haya un primer prototipo demostrador de vuelo para 2011', según el CDTI, que, además, ha financiado iniciativas en comunicaciones vía satélite, sistemas de procesamiento de señal o gestión de flotas masivas.
Según el CDTI, 'las empresas españolas han sido capaces de una importante expansión internacional y de integrarse en consorcios y proyectos europeos, y participan en propuestas de I+D europea dentro del Programa Marco de Seguridad de la Comisión Europea sobre vigilancia de fronteras, o en estudios dentro de la EDA [siglas en inglés de Agencia Europea de Defensa] sobre la integración segura de estos sistemas dentro del espacio civil'.
España está también inmersa en varios proyectos de UAV dentro del marco europeo de EADS. El más importante es el Talarion, que está desarrollando en igualdad de condiciones junto a Francia y Alemania, en el que se han invertido más de 500 millones de euros, y que ya ha despertado el interés de gobiernos como el turco. El siguiente paso, según EADS, es que los tres países aporten 1.500 millones de euros y el compromiso de que España -que podría crear 3.000 puestos de trabajo con esta operación- adquiera en 2016, año en que finaliza el proyecto, las tres unidades a las que se comprometió.
El Talarion en un vehículo de los llamados MALE (Altitud Media, Largo Alcance), el grupo de UAV que, según Teal Group, experimentará un mayor crecimiento. De hecho, concentrarán un 26,5% del desembolso previsto, seguidos de cerca por los UAV tipo HALE (Gran Altitud, Largo Alcance), a los que se destinará el 23,6%. El resto de inversiones irán a parar a los aviones no tripulados tácticos, de combate naval, mini UAV -los que pueden lanzarse con el brazo, como si fueran aviones de papel- y mercado civil.
Según Biguria, 'gran parte del mercado estará en los vehículos civiles, es el sector donde habrá un mercado más abierto y muchas más oportunidades para pymes'. De hecho, Ángel Moratilla revela que el INTA, en colaboración con muchas empresas españolas, está desarrollando el HADA, un helicóptero capaz de convertirse en avión que podrá realizar misiones civiles utilizando las ventajas de ambos sistemas de vuelo.
Por su parte, la compañía Indra -que ha desarrollado el Albatros, un sistema táctico basado en aeronaves de ala fija, y el sistema de mini UAV Mantis- trabaja junto con EADS en el diseño de los radares AURA y HORUS, pensados para helicópteros y aeronaves no tripuladas, y participa en el proyecto europeo MIDCAS que desarrolla un sistema inteligente para permitir que los UAV vean lo que tienen alrededor y eviten otras aeronaves en una futura situación de espacio aéreo compartido. Sin duda, un paso más para que la industria aeronáutica española de UAS se posicione entre las más importantes del mundo.
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