El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha querido premiar hoy a una de sus fieles, Elena Salgado, por permanecer a su lado desde su llegada a La Moncloa y la ha nombrado su sustituta en el Consejo de Ministros, es decir, será vicepresidenta primera "de facto".

Tras la última remodelación del Ejecutivo, Salgado ha visto cómo el ordinal ha desaparecido de su vicepresidencia y cómo se convierte así en el miembro del gabinete con más peso.

La nueva denominación de su Vicepresidencia -de Asuntos Económicos- integra al Ministerio de Economía y Hacienda, pero no conllevará la tarea de coordinación de los diversos departamentos del Ejecutivo.

Lo mismo ocurre con la otra vicepresidencia, la que ocupará Chaves, que pasa a llamarse de Política Territorial y que, por tanto, absorbe al ministerio que hasta ahora ha ido asociado a la Vicepresidencia Tercera.

Con esta novena remodelación, Elena Salgado, de 62 años, sube en el escalafón recompensada por Zapatero, aunque seguirá al frente del diseño y gestión de la política económica del Gobierno, una función que ha ejercido hasta ahora sin que le temblara el pulso.

Sus colaboradores dan fe de que es una trabajadora infatigable, como prueban las horas y horas de despacho de la primera ministra de Economía de la historia de España, aficionada a las actividades al aire libre y a la música.

Tras una apariencia física frágil se esconde una fuerte personalidad que, posiblemente, le habrá ayudado a tomar decisiones muy poco agradecidas, como haber tenido que sustituir estímulo público por tijeretazo o adoptar medidas tan impopulares como la congelación de las pensiones o la bajada de salario a los empleados públicos.

Nacida en Orense, Salgado es ingeniera industrial y licenciada en Ciencias Económicas y cuenta con la confianza de Zapatero desde su primer Gobierno, cuando fue nombrada ministra de Sanidad. Después, ocupó la cartera de Administraciones Públicas y en 2009, en los momentos más duros de la crisis, se hizo cargo de Economía en sustitución de Pedro Solbes.

Salgado es él único ministro que sigue en el Ejecutivo desde el primer mandato de Zapatero. La vicepresidencia "primera" premia esa fidelidad.

Una fidelidad que también mantiene Manuel Chaves, un "barón de barones" que gana peso en el Gobierno y que con esta nueva muestra de confianza de Zapatero da un paso más en su ya larga carrera política, que inició hace 43 años cuando se afilió al PSOE y a la UGT.

Han pasado 36 años desde la famosa "foto de la tortilla", en la que Chaves compartía un día de campo con los entonces jóvenes socialistas Felipe González, Alfonso Guerra, Luis Yáñez y sus esposas.

Aunque todavía no había nacido, dicen que en esa foto ya estaba presente su hijo Iván, del que la mujer de Chaves, Antonia Iborra, estaba embarazada. Después nació Paula.

Precisamente, los hijos de Chaves han protagonizado la vida política, y sobre todo la parlamentaria, de sus más de dos años como vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial.

En prácticamente todas las sesiones de control al Gobierno del último año, tanto en el Congreso como en el Senado, el PP ha sometido a Chaves a una ofensiva parlamentaria sobre las actividades de sus hijos.

"Durante 20 años no me han podido derrotar democráticamente en las urnas. Con insidias, mentiras, utilizando a mi familia, tampoco van a poder. No van a poder políticamente conmigo", se ha cansado de repetir el histórico dirigente socialista, un político incombustible nacido en Ceuta hace 66 años, hijo de militar y, dicen, buen negociador.

Casi 19 años al frente de la Junta de Andalucía con tres mayorías absolutas y otras tantas relativas, presidente del PSOE desde el año 2000 y vicepresidente desde 2009, este político incombustible aficionado al cine, la lectura y el deporte, y acostumbrado a correr todos los días, sigue en la carrera política, al menos hasta que Zapatero convoque las elecciones.

Sagrario Ortega