Este artículo se publicó hace 15 años.
Venezuela abre la puerta a Chávez para seguir en el poder
Por Enrique Andrés Pretel y Ana Isabel Martínez
El presidente venezolano, Hugo Chávez, logró aprobar el domingo en un referéndum una enmienda constitucional que suprime el límite a su reelección, un paso clave para cumplir con su sueño de gobernar durante al menos otra década más y convertir a Venezuela en un Estado socialista.
Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), el "Sí" a la enmienda, que elimina el límite de legislaturas para todos los cargos de elección popular, obtuvo un 54,4 por ciento de los votos, frente al 45,6 por ciento del "No".
"¡Victoria, victoria, victoria popular!", exclamó el mandatario, que nada más conocerse el resultado apareció en el llamado "balcón del pueblo" del palacio presidencial en Caracas vestido con el característico rojo de la revolución, flanqueado por sus dos hijas y algunos de sus nietos.
"Quiero ratificar mi compromiso con el socialismo venezolano y quiero invitarlos a todos y a todas a redoblar la marcha en la construcción del verdadero socialismo", dijo Chávez, de 54 años, aclamado por sus seguidores, que gritaban entusiasmados entre el sonido de los petardos y los fuegos artificiales.
El resultado supone un espaldarazo para Chávez y su proyecto socialista, después de sufrir su primera derrota electoral en 2007, cuando los venezolanos rechazaron en las urnas una amplia reforma a la carta magna que contemplaba su "reelección continua".
El mandatario había dicho que se jugaba su futuro político en los comicios del domingo, en un momento en el que el país se enfrenta a un panorama económico adverso por la caída de los ingresos petroleros y con una inflación galopante, que según analistas requerirá medidas impopulares.
La fragmentada oposición, que no se ha pronunciado en conjunto sobre el resultado, denunció durante la campaña que la propuesta pretende perpetuar al gobernante en el poder y atenta contra el principio de alternabilidad democrática.
"Hoy ganó Goliat", dijo el líder opositor Leopoldo López, subrayando las denuncias de que la campaña oficialista ha sido apoyada y financiada por el aparato estatal, en comparación con los escasos recursos con los que contaron los adversarios del líder izquierdista.
FIESTA ROJA
Ante una multitud de "chavistas" vestidos de carmesí que colmaron las avenidas adyacentes al Palacio de Miraflores, Chávez transmitió la felicitación de su amigo y aliado cubano Fidel Castro al pueblo venezolano por una victoria "que por su magnitud es imposible medirla".
"Esta victoria es tuya también", dijo ante miles de sus adeptos, que celebraban la victoria agitando banderas, sonando silbatos y mostrando pancartas al grito de "¡Uh, ah, Chávez no se va!" y "Se queda, se queda, el Comandante se queda".
Convencido de que el socialismo es el camino para abatir la pobreza y la inseguridad que azota al rico miembro de la OPEP, Chávez se une a las victorias de sus aliados de Bolivia y Ecuador, que han logrado modificar recientemente el marco constitucional de sus países para aumentar los poderes del Ejecutivo.
El presidente, considerado por sus partidarios como un "Mesías" de los pobres, ha asegurado que necesita gobernar otros 10 años para consolidar su proyecto socialista, con el que ha privilegiado la economía estatal, social y colectiva en detrimento del sector privado.
Los analistas creen que su clara victoria le permitirá afrontar los retos económicos con un amplio margen de maniobra, al tiempo que recupera el halo de invulnerabilidad electoral y reforzará su discurso antiimperialista con el que suele fustigar las políticas capitalistas de Washington.
Sin embargo, el complicado panorama económico podría hacer cuesta arriba algunas de las políticas más radicales que ha lanzado en los últimos años, en los que ha impulsado una ambiciosa campaña de nacionalizaciones y una generosa política internacional de cooperación con gobiernos aliados.
En torno a un 33 por ciento de los 17 millones de venezolanos convocados a las urnas acudieron a votar, en una jornada que transcurrió sin incidentes de relevancia tras una breve e intensa campaña.
En el referéndum de diciembre de 2007, que Chávez perdió por un estrecho margen tras la alta abstención de sus partidarios, estaba sobre la mesa una radical reforma a la carta magna que le otorgaba amplios poderes.
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