Este artículo se publicó hace 15 años.
Uribe protege a un sospechoso de ejecuciones extrajudiciales
Nombra al general Montoya embajador colombiano en Santo Domingo
El general Mario Montoya, el ingeniero de la liberación de Ingrid Betancourt que fue destituido en noviembre tras conocerse el escándalo de las miles de ejecuciones extrajudiciales cometidas por sus subordinados, es desde ayer el nuevo embajador de Colombia en la República Dominicana.
En la actualidad, Montoya se encuentra sometido a una investigación judicial para determinar su grado de implicación en estos hechos. La trama de las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos, como eufemísticamente se conoce en Colombia, se trata de los asesinatos, cometidos por militares, de civiles de clase baja a los que vestían previamente como guerrilleros de las FARC, con el fin de cobrar jugosas recompensas. Algunas de ellas procedían de fondos internacionales destinados a lacooperación internacional.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Justicia para Colombia calculan que el número de víctimas supera las 2.100, casi tantas como las causadas en medio siglo por ETA y el IRA juntos.
Este escándalo agitó ayer a la oposición política dominicana, que aprovechó la entrega de credenciales del nuevo embajador colombiano en Santo Domingo para protestar por "el secretismo" con el que han tratado el nombramiento de Montoya los presidentes Uribe y Leonel Fernández. El dirigente de izquierda dominicano, Narciso Isa, lo calificó de "un destino pactado para un delincuente".
Pero la trama de las ejecuciones extrajudiciales no es la única investigación judicial a la que está siendo sometido el nuevo embajador colombiano en la isla caribeña. Montoya también está imputado en el proceso por la matanza de civiles perpetrado en la Comuna 13 de Medellín en octubre de 2002.
Sobre este caso, un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), filtrada en marzo de 2007 al diario Los Angeles Times, indicaba que junto al grupo paramilitar Bloque Cacique Nutibara, Montoya "planificó y condujo una operación para eliminar guerrillas marxistas de los suburbios pobres de Medellín, una ciudad que ha sido centro del narcotráfico". En aquella operación, bautizada con el sobrenombre de Orión, fueron asesinados 14 civiles.
"Mensaje a los violentos"
El propio imputado describió meses después en la web de la presidencia de Colombia que aquellas acciones armadas continuarían por algún tiempo ya que era "un mensaje contundente a los violentos (...) la guerra de guerrillas no tiene cabida".
La CIA jamás confirmó ni desmintió esta información. pero Los Angeles Times reveló que fuentes de la agencia pidieron a la dirección la omisión de ciertos detalles. El motivo era que Montoya mantenía una estrecha colaboración con oficiales estadounidenses en el Plan Colombia, financiado por Washington para combatir el narcotráfico y la insurgencia, desde sus tiempos de instructor de la ex Escuela de las Américas, llamada desde 2001 Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica.
La decisión de enviar al general Montoya a la República Dominicana ha tenido escaso reflejo en los medios de comunicación colombianos.
Bogotá quiere "enterrar" a su agencia de espíasEn los tres últimos años, sólo en una ocasión el Gobierno de Colombia se mostró molesto con el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la red de espionaje dependiente del presidente. Fue tras el encarcelamiento de su responsable, Jorge Noguera, al quedar probada su relación con los paramilitares.
Tras el escándalo del espionaje ilegal a opositores, magistrados y periodistas, el fiscal general, un cargo nombrado también por Uribe, se mostró partidario de “suspender” algunas funciones del DAS. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo en Washington que “hay que darle cristiana sepultura” a un organismo “que ya está muerto”.
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