Las camas de las habitaciones que ha cerrado la gerencia del Hospital Universitario de Getafe duermen esta noche en el sótano del centro. Para los trabajadores esta es una prueba más de que el desmantelamiento progresivo de la clínica es ya un hecho. La supresión de una unidad de geriatría, las reducciones de plantilla y de plazas por habitación están marcando el camino de este hospital público, cuyos facultativos temen que acabará por ceder ante la gestión privada.

Primero, fue eliminada la unidad de Urología, que estaba integrada dentro de la Geriatría, lo que ha supuesto la reducción de 42 a 32 camas. Las habitaciones dobles han sido convertidas en individuales y, como consecuencia han prescindido de 12 de las 16 enfermeras con las que contaba esta unidad. 'Una vez más, se están quitando de encima a los enfermos costosos para allanar el camino a la privada', explica para este diario una de las sanitarias del centro, Mª José.

Algo similar ha ocurrido con en la unidad de cirugía donde solo se conservan prácticamente la mitad de las camas y ahora únicamente podrán ser ingresadas 22 personas de las 42 que había antes. Actualmente, tres de los ocho enfermeros que cubrían esta unidad se mantienen en sus puestos de trabajo.

Según fuentes del CSIT consultadas por Público, no es la primera vez que desde la gerencia del hospital público se está 'acomodando el terreno para derivar los servicios y externalizar las pruebas diagnósticas'. En la última huelga de sanitarios, la Comunidad de Madrid habilitó un autobús en la puerta para transportar a los pacientes que tuvieran cita para hacerse radiografías y otros chequeos a la clínica privada Los Madroños.