Stieg Larsson, el triunfador del Sant Jordi

Los empujones y los codazos son más llevaderos cuando brilla el sol. Así quedó demostrado ayer en las calles catalanas, que vivieron un SantJordi espléndido. La sombra de la crisis no nubló las ventas de libros y en las colas para conseguir la firma del escritor preferido abundó el buen humor. Los atascos peatonales ante los más de 400 puestos de libros y de rosas son un clásico que volvió a repetirse.

La facturación de los libros vendidos ascendió a 20 millones de euros, lo que supone el 7,6% de la facturación anual de las 700 librerías de Catalunya. Las estadísticas hablan del sueco fallecido Stieg Larsson como el triunfador de la diada, puesto que fue el que más libros vendió (Los hombres que no amaban a las mujeres, Destino/Columna), tanto en catalán como en castellano. En el segundo lugar de los más vendidos en castellano, se encuentra la Anatomía de un instante, de Javier Cercas. El autor firmó sin parar durante toda la jornada acompañado de una coca-cola y un paquete de tabaco.

Los auténticos protagonistas de la fiesta madrugaron. El Hotel Regina acogió la primera reunión del día, en su ya tradicional desayuno (y van diez ediciones). Joan Barril, Lucía Etxebarria, Jordi Sierra Fabra, Maruja Torres, Pep Blay, Francesc Miralles, Care Santos... No todos, evidentemente, pero sí una buena muestra de los autores, mediáticos, literatos o intelectuales, desayunaron juntos con periodistas y editores, para tomar fuerzas ante lo que se les venía encima.

"¡Alucino con la familiaridad de la gente!", comentó Kiko Amat a las 11 de la mañana. Sólo había firmado un ejemplar de su libro, El rompepistas (Anagrama), pero estaba encantado: "Era una chica que se me ha declarado superfan, estaba emocionada y traía el libro doblado, currado, se notaba que lo había leído a gusto". Todos los autores coinciden en que la alegría y el cariño de los lectores amortiza con creces una jornada dura en la que se encuentran cara a cara con un sinfín de desconocidos a los que tienen que atender.