Este artículo se publicó hace 15 años.
"Son ya diez años soportando esto, me prometió que cambiaría"
Veronica Lario, la todavía mujer de Berlusconi, cuenta en el 'Corriere della Sera' los motivos que le llevan apedir el divorcio
Veronica Lario, la esposa del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se siente "como un soldadito asediado por el Ejército" tras su decisión de divorciarse después de 19 años de matrimonio y casi 30 de relación, según declaró al diario Corriere della Sera.
Lario, de 53 años, permanece en la villa de Macherio a las afueras de Milán a la espera de que pase la tormenta mediática y política que han desatado sus declaraciones sobre su marido. Se siente dolida por el hecho de que "amigos de toda la vida" se pasen ahora a las filas de su esposo y por los ataques que dice haber recibido y que auguran una lucha sin cuartel y sin límites.
La ex actriz, sonríe -según el diario- ante las afirmaciones de su marido de que tras su persona se esconde "una instigadora". Lario subraya que en esta historia "quiero que todos entiendan, si todavía no lo entienden, que estoy defendiendo mi dignidad como mujer, que ha sido profundamente ofendida. Y que conmigo, estoy defendiendo la de nuestros hijos".
El hijo pequeño Luigi, de 20 años, se encuentra hoy en Lourdes (Francia) en unos actos de los caballeros de la Orden de Malta; la segunda Eleonora continúa a sus estudios en Nueva York y la primogénita Bárbara, de 25 se encuentra en casa en su séptimo mes de embarazo.
"Estoy defendiendo mi dignidad como mujer, que ha sido profundamente ofendida"Silvio Berlusconi, de 72 años, ha repetido estos días que su mujer quiere poner a sus hijos en contra, lo que Veronica rebate: "No es así. Si se quieren yo estoy contenta, he contribuido a construir su relación y lo último que quiero hacer es dañar a mi marido".
"Me prometió que no volvería a las andadas"A sus amigos íntimos -refiere Il Corriere- Veronica Lario les ha confesado que el motivo de su petición de divorcio es ante todo, la joven de 18 años a la que visitó Berlusconi el pasado 26 de abril en Nápoles. "Es la prueba de que él no ha cambiado. Me había prometido que que no volvería a las andadas y ha empeorado. Son ya diez años soportando todo esto. Ahora la gota ha colmado el vaso, no vuelvo hacia atrás", subraya.
El episodio de la visita de Berlusconi al 18 cumpleaños de Noemi Letizia es tratado hoy por los diarios italianos que muestran fotografías de una fiesta multitudinaria en las que, efectivamente, aparecía el primer ministro entre otras muchas personas.
El padre de la joven, Elio Letizia, ha declarado al diario La Repubblica que toda "la amistad con Berlusconi se circunscribe a mí" y ha negado cualquier relación de su hija con el primer ministro, aunque si reconoce que Noemi tiene pretensiones de hacer carrera televisiva y entregó al primer ministro un álbum fotográfico. "Noemi persigue un sueño por qué impedírselo?", dijo su padre.
Preparando un divorcio millonarioSilvio Berlusconi ha abandonado hoy la residencia milanesa de Arcore, una lujosa villa construida sobre un monasterio del siglo XII, y ha llegado a Roma para incorporarse a la vida política y afrontar el divorcio. 'Il Cavaliere' pasó toda la jornada de ayer en Arcore, donde llamó a todos sus colaboradores de confianza, consultó a su abogado Niccolò Ghedini y a su hermana Ipolita, además de convocar a su amigo de siempre Brunno Ermolli.
Berlusconi intentó ayer reconciliarse con Veronica según la prensa italianaTambién pidió consejos a los hijos de su primer matrimonio con Carla Elvira Dall'Oglio,: Maria Elvira, conocida como Marina, de 43 años, y Pier Silvio "Dudi", de 41. Según La Repubblica lo que preocupa y enerva al primer ministro es que su mujer pida al juez una "separación por culpa" por el caso de la joven Noemi Letizia.
Y es que el primer ministro teme que se tambalee la inmunidad que disfruta por la ley conocida como "lodo Alfano" aprobada el 22 de julio de 2008 y que establece la suspensión de procesos penales, incluidos aquellos anteriores a acceder al cargo, contra el jefe del Estado, el presidente del Gobierno y los titulares de la Cámara de Diputados.
Por esta razón y por la difícil repartición de bienes que se avecina, el primer ministro- según el diario- intentó ayer una reconciliación "in extremis" con su mujer que no tuvo éxito.
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