El ministro de Economía, Pedro Solbes, considera fundamental reorientar el patrón exportador español desde Europa hacia áreas económicas emergentes, particularmente el sudeste asiático, para evitar "cierta marginalidad comercial" y perder de forma persistente cuota de mercado en el ámbito internacional.

Así lo manifestó Solbes durante el acto de inauguración de la conferencia "La Empresa Española y los Mercados Internacionales" en el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio con la que el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) celebra su vigésimo quinto aniversario.

Solbes señaló que los mecanismos del propio mercado ya juegan "a favor" de la reorientación geográfica de las exportaciones e inversiones hacia países emergentes y empresarios son conscientes de que no deben dirigirse ya sólo al mercado europeo, además de asegurar que quienes se han atrevido a entrar en Asia han visto mejorada su facturación.

El vicepresidente segundo del Gobierno hizo balance de los 25 años del ICEX y, al subrayar el cambio radical de la realidad empresarial y exportadora, recordó que en 1982, cuando se fundó este organismo, el comercio exterior en España suponía el 36 por ciento del PIB en términos nominales y hoy es prácticamente el 60 por ciento.

Se refirió al rápido progreso económico que se ha producido en España durante este periodo, en el que la renta per cápita ha pasado del 70 por ciento de la media europea en 1982 a más del 90 por ciento actual.

También recordó que la tasa de paro es ahora notablemente más baja, existe un estado de bienestar razonablemente amplio y unos mercados mucho más flexibles y menos intervenidos.

En opinión de Solbes, este aumento de bienestar ha ido en paralelo con la apertura al exterior de las empresas españolas y, en este sentido, afirmó que la internacionalización está detrás del aumento de la prosperidad desde 1982.

Se refirió igualmente al cambio que se ha producido en las empresas, que han pasado de constituir un tejido empresarial "débil, atomizado y volcado en el mercado interior", a formar un entramado empresarial "sólido, diversificado y tremendamente receptivo ante cambios en las señales del mercado".

Además de la capacidad de adaptación de las empresas, Solbes destacó el relevo generacional de los empresarios y el papel desempeñado por la Administración, que ha suprimido obstáculos estructurales de tipo cultural, económico y administrativo.

Durante su intervención subrayó que la política medioambiental y tecnológica son de máxima prioridad para el Gobierno, por lo que consideró que su impulso es deseable no sólo por su impacto positivo en la realidad española, sino porque suponen un refuerzo para la competitividad de las empresas en el exterior.

Dijo que las políticas del ICEX y de la Administración deben estar bien diseñadas para que los empresarios perciban las oportunidades del mercado, pero advirtió de que existen costes transaccionales para las empresas en los nuevos mercados "que solo ellas podrán valorar adecuadamente".