Este artículo se publicó hace 15 años.
Los socialistas esperan volver al poder en elecciones griegas
Por Ingrid Melander
Los griegos votaban el domingo en unas elecciones que la oposición socialista esperaba ganar debido al descontento por la incapacidad del Gobierno para acabar con la corrupción y por su gestión de la crisis económica.
Sin embargo, el socialista PASOK no está seguro de poder lograr una mayoría absoluta, lo que aumenta el riesgo de que haya semanas de limbo político en las que el país mediterráneo, considerado el eslabón más débil de la eurozona, debe lidiar con una economía al borde de la recesión.
Debilitado por los escándalos y una frágil mayoría parlamentaria, el primer ministro conservador Costas Karamanlis convocó elecciones anticipadas en septiembre, sopesando que su partido Nueva Democracia tenía más posibilidades de ganar ahora que al término de su mandato de cuatro años.
Los sondeos de opinión indicaban que una mayoría de los 10 millones de electores de Grecia estaba desencantada porque la corrupción sigue reinando en todos los aspectos de la vida y no cree en el plan de dos años de austeridad de Karamanlis, en el que se incluye una congelación de la contratación del sector público, para poner de nuevo en el camino a la desacelerada economía griega.
"He votado por el PASOK porque estoy decepcionada con el Gobierno, lo único que obtenemos de ellos es indiferencia y apatía", dijo la secretaria Dimitra Seseri, de 59 años, a Reuters tras depositar su voto en Atenas.
"Quiero ver cambios".
El líder del PASOK, George Papandreu, ha ofrecido una estrategia muy diferente para hacer frente a los problemas económicos del país, con la promesa de un paquete de estímulos de 3.000 millones de euros y una política en la que se gravará más a los ricos para ayudar a los pobres.
Karamanlis ha calificado las ideas de Papandreu de poco realistas.
"Hoy, los griegos... deciden una manera segura de salir de la crisis, deciden por políticas que son difíciles, pero que garantizan una dinámica de impulso en la carrera por el crecimiento a partir de 2011", dijo al depositar su voto en la norteña Tesalónica.
Karamanlis, de 53 años, un hábil orador que apela a la clase media griega, y Papandreu, de 57 años, un político de maneras suaves nacido en Estados Unidos, son los dos herederos de dos de las dinastías políticas más poderosas de Grecia y se enfrentan por tercera vez.
Karamanlis ganó en 2004 y 2007.
Muchos parecían cansados de ver las mismas caras en la política griega.
"No espero nada de los dirigentes políticos actuales, son incapaces, corruptos, deben retirarse y dejar su lugar a los más jóvenes", dijo el jubilado Georgios Thassoulas.
DÉFICIT PRESUPUESTARIO
El que gane las elecciones del domingo tendrá que lidiar con un déficit presupuestario que supera el 6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), el segundo mayor de la zona euro, un desempleo en aumento y una gran insatisfacción con el sistema educativo y la inmigración ilegal.
Grecia sufrió el año pasado sus peores disturbios en décadas cuando la policía mató a un joven. El alto índice de desempleo juvenil y el desencanto con el sistema político avivaron las protestas.
Si el PASOK no consigue la mayoría absoluta, ha dicho que convocará otras elecciones en las que tendría una ventaja de 10 escaños de bonificación, pero que llevaría por lo menos otros 30 días.
La mayoría de los griegos y de los mercados prefieren un ganador absoluto, diciendo que se necesita un gobierno fuerte para llevar a cabo las muy esperadas reformas estructurales.
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