Este artículo se publicó hace 15 años.
La secreta historia de amor entre la hija de Mussolini y un comunista
Probablemente en contra de la que habría sido la voluntad de su padre, Edda Ciano, hija del dictador fascista italiano Benito Mussolini, mantuvo un romance secreto con el comunista Leonida Buongiorno durante su exilio en la isla mediterránea de Lipari.
Esta relación, que la hija del "Duce" mantuvo tras la Segunda Guerra Mundial una vez muerto su esposo, el ministro de Asuntos Exteriores de Mussolini, conde Galeazzo Ciano (1903-1944), queda ahora retratada en un libro que recoge la correspondencia amorosa entre ambos y del que hoy informan medios italianos.
El libro, titulado "Edda Ciano y el comunista. La inconfesable pasión de la hija del Duce" y que se publicará el próximo miércoles en Italia, explica cómo la hija del dictador conoció al activista comunista de Lipari al llegar a la isla en su exilio obligado, una vez que su padre (1883-1945) ya había sido fusilado.
La terraza de la casa "La Petite Malmaison" se convirtió en el lugar del primer encuentro amoroso de la pareja, donde él le recitaba versos de la "Odisea" durante los nueves meses que Edda (1910-1995) pasó confinada en el exilio de la isla.
Es entonces cuando se intensificó la relación epistolar entre ambos, unas veces en italiano, otras en inglés, con cartas que con el paso de los años se irían espaciando cada vez más en el tiempo y darían muestras de que la relación se fue diluyendo con la distancia.
"Querido amigo, si vuestros compromisos políticos y vuestras distracciones del domingo os lo permiten, ¿podríais ser tan cortés de venir a hacerme una visita?", decía una de las cartas enviadas por la hija del "Duce", textos a los que el autor del libro, el periodista Marcello Sorgi, ha tenido acceso gracias a que fueron conservados en el armario de un hijo de Buongiorno.
"Conocí a Ellenica (apodo de la hija de Mussolini) una tarde. Al final de una violenta manifestación por las calles del pueblo, en las que había podido calmar los ánimos con pocas y simples palabras. Me pareció una golondrina herida con las alas quebradas", decía el comunista en uno de los textos que se han conservado.
Según el libro, una vez la viuda del conde Ciano abandonó la isla, ambos tuvieron al menos dos encuentros más en Lipari y uno en el norte de Italia.
Luego Buongiorno decidió casarse con otra mujer y ella quedó destrozada, aunque fue capaz de desearle a la pareja un "que seáis felices".
Ya de mayores, con unos sesenta años, Buongiorno y la hija de Mussolini se volvieron a encontrar en Lipari y él la llevó, según el libro, al mismo lugar en el que tuvieron ese primer encuentro de amor furtivo.
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