Nicolas Sarkozy maniobró en persona, desde el verano pasado, para modificar los decretos que rigen el distrito especial de negocios de París, el barrio de La Défense, y poder así colocar a su hijo como candidato ineluctable a esa suculenta presidencia.
Así lo revelaron ayer fuentes de la alta función pública del Elíseo, fuentes que Sarkozy, padre o hijo, condenados al mutismo o a declaraciones florales, no pudieron desmentir. Al menos uno de los decretos que regulan las relaciones entre el distrito especial multimillonario de La Défense, de un lado, y los poderes locales del oeste de París, de otro, fue alterado discretamente por el presidente de la República para arrancar la jubilación anticipada, este año, del actual jefe del distrito, Patrick Devedjian.
El presidente quiere extender a 800 las 300 hectáreas de rascacielos actuales
Ayer fue un día de algarabía incomprensible y crispada en círculos políticos franceses. Los aliados o fieles servidores de Nicolas Sarkozy intentaron convertir al Príncipe Jean en una especie de héroe de los tiempos modernos, algo así como un llanero solitario desconocido y sin relaciones que lucha solo, honestamente, para asumir un cargo que merece, frente a maquinaciones interesadas.
Los detractores del presidente, por el contrario, denunciaban el 'regreso a un sistema aristocrático' de nepotismos y privilegios de realeza. Algunos oponentes, recordando que el Príncipe Jean, con su primero de Derecho, no podría ni optar a ser asistente jurídico, decidieron atacar con la sátira. Los jóvenes del partido ecologista Los Verdes crearon un 'INEM Jean Sarkozy', tras la campaña '¡Sarkozy, adóptanos!' de los jóvenes socialistas.
El supercentro de negocios tendrá 2.500 empresas con 150.000 asalariados
Los fuegos artificiales no lograron ocultar la auténtica sustancia del conflicto. Altos funcionarios de la Presidencia filtraron a la AFP, tras unas primeras revelaciones del semanario Le Canard Enchainé, que un decreto sobre la edad límite del presidente del Establecimiento Público de La Défense (Epad) 'fue retocado en el Elíseo' para garantizar el ascenso a ese puesto del retoño de Nicolas Sarkozy.
El decreto, relacionado con la futura ampliación de la zona especial Epad de las 300 hectáreas de rascacielos actuales a las 800 futuras, estipulaba inicialmente, en julio pasado, que el presidente del distrito ampliado podría tener más de 65 años de edad.
Eso hubiera permitido a Patrick Devedjian, de 65 años y simultáneamente ministro de Recuperación Económica y presidente de la diputación de Hauts-de-Seine, permanecer al frente del nuevo super-distrito de negocios, con sus 150.000 asalariados, 2.500 empresas, y decenas de sedes europeas de multinacionales.
El vástago de Sarko tiene 23 años y estudia segundo de Derecho
Contra lo aprobado por los servicios del primer ministro, François Fillon, Nicolas Sarkozy cogió el proyecto de decreto y lo modificó. Imposible mantenerse en la presidencia del Epad más allá de los 65 años, edad del pobre Patrick Devedjian, hasta ahora sarkozysta de choque y en su juventud, en mayo de 1968, miembro del grupúsculo ultraderechista armado Occident.
El presidente Sarkozy no tiene nada en particular contra Devedjian. Es más: lo quiere mucho y tiene relaciones algo acaloradas con el ex fascista. Pero si Sarkozy padre intervino, fue por dos razones de peso. La primera era el deseo expresado claramente por su hijo: tomar el control del barrio de negocios ampliado y de sus tratos privados con las multinacionales que desean abrir, mantener o ampliar sus sedes. Históricamente, y al menos hasta los años noventa, La Défense fue considerada como una de las mejores cajas negras de financiación política irregular de esta vieja República.
Jóvenes ecologistas y socialistas lanzan campañas contra el Príncipe Jean
La segunda razón de la intervención fue un proyecto personal suyo. Sarkozy padre, deseoso de remodelar algo que llama el 'Gran París', quiere inscribir su dinastía en la piedra calcárea de la ciudad de la luz y en su eje sagrado este-oeste, controlando todo personalmente gracias a un proyecto de ley en curso que está generando conflictos brutales en el seno del Ejecutivo.
Ese 'gran designio' de engrandecer París desde su centro infinitamente hacia el oeste fue definido a primeros del siglo XVII por el rey Henri IV desde lo que era el Palacio Real del Louvre. Sigue por las Tullerías; los Napoleones lo llevaron en el siglo XIX hasta los Campos Elíseos y el Arco de Triunfo, y Charles de Gaulle, hasta la actual La Défense, creada en 1958. François Mitterrand puso allí, sobre De Gaulle, una Arca de Triunfo gigantesca de los años ochenta, llamado simplemente Arco de La Défense. Ahora, Sarkozy, en alguno de sus proyectos más desaforados, pretende llegar hasta el mar, a 170 km de distancia al oeste.
Volviendo a poner los pies en el suelo, para lograr aunque sea dar un solo paso más allá al oeste del Arca de la Défense, y de los inmensos rascacielos de las multinacionales, Nicolas Sarkozy necesita fagocitar, con distritos especiales administrados por el Estado, varios municipios. Y, entre ellos, uno arisco y auténtica espina en el zapato: el de Nanterre. El Ayuntamiento, uno de los pocos populares y comunistas en esta zona rica, ha anunciado una oposición feroz a los designios personalistas de Sarkozy. El pulso actual tiene poco que ver con un problema de héroes juveniles o carreras personales, y mucho que ver con contratos, control de fondos y lucha territorial.
Lo curioso de la batalla en curso es que, pese a sus relentes decimonónicos dinero, contratos urbanísticos, control territorial, aristocracias de Estado paterno-filiales va camino de convertirse en un test sobre la comunicación política futura. Nicolas Sarkozy lo demostró ayer: anunció directamente por su página de Facebook a unos 170.000 visitantes que en breve enunciará su proyecto para La Défense.
De la misma forma que su hijo, Príncipe Jean, no habla con los periodistas políticos, sino que hace declaraciones al gratuito Metro. ¿Se creerán los franceses la versión storytelling posmoderna de una historia dura como la piedra y tan vieja como la realeza?
¿Cómo empezó La Défense?
A finales de 1950, Charles De Gaulle aceleró un plan urbanístico singular donde ubicar al mundo de las finanzas. El París coquetón de siempre necesitaba un espacio para edificios ultramodernos de la economía globalizada. Así nació, en el extrarradio oeste, entre los municipios de Courbevoie, Nanterre, Levallois y Suresnes, el barrio de negocios parisino. Entre huertos, descampados y chabolas de inmigrantes magrebíes, empezaron a construirse rascacielos, autopistas y una gigantesca plaza de cemento.
¿Qué es hoy La Défense?
François Mitterrand añadió un ‘Arca’–que no ‘arco’– gigantesca, que alberga varios ministerios y a miles de funcionarios. Al mismo tiempo, potenció la zona y dio rienda suelta a las grandes compañías mundiales. Hoy, toda multinacional que se precie, venga de donde venga, pero con sede mundial, europea o francesa está en La Défense. Aunque no es el barrio de negocios más importante de Europa –está la City de Londres y su administración especial–, sí es un lugar clave de la globalización.
¿De dónde viene su leyenda negra?
Para crear La Défense, las milicias armadas del gaullismo tuvieron que emplearse a fondo en toda la zona. La provincia de Hauts-de-Seine fue el teatro de algunos de los choques más brutales entre esa milicia y los militantes argelinos del FLN ayudados por el PCF, también muy fuerte por aquellos tiempos. Luego fue sacudida por varios escándalos de corrupción que salpicaron a personajes de la derecha francesa liderada por Charles Pasqua. En los noventa, varios implicados en la financiación política irregular por vía urbanística y en la construcción de rascacielos implicaron también a personalidades del PS. Nicolas Sarkozy procede de la matriz Pasqua.
¿Qué quieren los Sarkozy?
Primero, fusionar los distintos establecimientos públicos de capitanía del barrio de negocios y colocarlos bajo su tutela familiar directa. Segundo, ampliar el perímetro del actual distrito especial –unas 300 hectáreas, divididas en varias administraciones– hasta casi 800. Tercero, morder en el suelo del municipio comunista de Nanterre, sede de la célebre universidad de mayo del 68. Cuarto, generalizar en todo París la existencia de distritos especiales bajo su control, como La Défense.
¿Qué es eso del eje oeste?
De la misma forma que EEUU se construyó como un mito de civilización yendo hacia el oeste, los sectores adinerados de París se ven a sí mismos como una vanguardia que va desde el núcleo histórico galo-romano (el Barrio Latino y la isleta del Sena) hacia el Atlántico. Ese ‘designio’ lleva 20 años paralizado en el Arca de La Défense, inaugurada en el bicentenario de la Revolución, en 1989. Los parisinos ya no están para sueños de megalópolis, sino que prefieren una confederación de barrios populares con calidad de vida. Sarkozy quiere llegar al Atlántico.
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