Este artículo se publicó hace 15 años.
El revés laborista en las elecciones locales inglesas aumenta la presión sobre Brown
Los primeros resultados de las elecciones parciales inglesas celebradas este jueves junto a las europeas en el Reino Unido indican fuertes pérdidas laboristas, que aumentan la presión sobre el acosado primer ministro, Gordon Brown, para que renuncie el cargo.
En Bristol (oeste de Inglaterra), liberal-demócratas y conservadores han ganado cuatro escaños cada uno a expensas de los laboristas y los primeros tienen ya la mayoría en el municipio con treinta y seis concejales.
En Central Bedfordshire (centro) los conservadores lograron 54 escaños frente a once de los liberal-demócratas mientras que los laboristas no obtuvieron un solo escaño.
En Hartlepool (noroeste), el independiente Stuart Drummond fue reelegido alcalde.
Los resultados de las elecciones europeas no se conocerán hasta el domingo por la noche, pero todo apunta también a un descalabro de los laboristas, que podrían quedar relegados a tercer o cuarto lugar, detrás incluso del antieuropeo UK Independence Party (UKIP).
Brown sufrió un nuevo revés tras el cierre de los colegios electorales la pasada noche cuando un tercer ministro de su Gobierno, el de Trabajo y Pensiones, James Purnell, anunció en carta a dos periódicos que dejaba el puesto.
En su carta, Purnell, conocido blairista (fiel al ex primer ministro Tony Blair), pide a Brown que dimita a fin de dar al menos una oportunidad al Partido Laborista de ganar las próximas elecciones generales, previstas para la fecha tope del 3 de junio del próximo año.
También entre los diputados ha comenzado a circular una carta que le agradece al primer ministro los servicios prestados al partido y le pide que le haga un último favor presentando su dimisión.
Brown, que ha sufrido en los tres últimos días las defecciones de tres ministros -las responsables de Interior y las Comunidades, Jacqui Smith y Hazel Blears, respectivamente, y el citado de Trabajo y Pensiones, Purnell-, además de las de otros altos cargos, está en una posición cada vez más precaria.
La renuncia de Purnell es un golpe aún más duro para Brown porque, a diferencia de las dos ministras citadas, no se pensaba que el Primer Ministro fuese a deshacerse de él en el reajuste ministerial que prepara.
El líder de la oposición conservadora, David Cameron, en quien todos ven ya al próximo primer ministro, ha reclamado la convocatoria urgente de elecciones generales porque el Gobierno laborista, según dice, "se derrumba ante nuestros ojos".
Según medios británicos, Brown se reunió anoche con sus asesores más próximos, entre ellos el ministro para la Empresa y ex comisario europeo, Peter Mandelson, para ver la forma de impedir nuevas defecciones, que complicarían aún más su difícil tarea de formar un nuevo gobierno con el que resistir el año largo que le queda hasta agotar la legislatura.
El líder laborista quería supuestamente cambiar de carteras a los actuales ministros de Finanzas, Alistair Darling, y Exteriores, David Miliband, pero éstos se han venido resistiendo.
Los fieles a Brown intentan evitar por todos los medios que un número suficiente de diputados fuerce una elección interna por el liderazgo del partido, en la que Brown se enfrentaría a un eventual candidato rival.
Su principal argumento es que, de producirse esa situación, no habría más remedio que convocar nuevas elecciones ya que los ciudadanos difícilmente aguantarían a un nuevo primer ministro no electo como es el caso de Brown, que sucedió automáticamente a Blair en junio del 2007 como líder del partido y jefe de Gobierno.
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