Este artículo se publicó hace 11 años.
Renfe se plantea no participar en el concurso por el tren de alta velocidad brasileño
El presidente gallego Alberto Núñez Feijóo ha censurado que existan "algunos intereses económicos por parte de determinadas empresas o de suministradores de alta velocidad" por desacreditar la alta velocidad.
La ferroviaria española Renfe podría no participar en el concurso por la adjudicación del Tren de Alta Velocidad (TAV) que unirá Campinas, San Pablo y Río de Janeiro, en Brasil. Fuentes próximas a la operadora confirman que Renfe se plantea tomar esta decisión tras el accidente de tren del pasado miércoles que se ha cobrado las vidas de 78 personas en Santiago de Compostela.
El plazo para la entrega de las propuestas es el 16 de agosto, en la sede de la BM&F Bovespa, por un contrato que supondría una inyección económica de 12.500 millones de euros. El tren bala brasileño debe tener una velocidad máxima igual o superior a 250 kilómetros por hora en los servicios no expresos.
En los servicios expresos, que no paran entre Sao Paulo y Río de Janeiro, la velocidad máxima debe ser igual o superior a 300 kilómetros por hora. Según esas informaciones preliminares conocidas por el Gobierno brasileño, el tren que se accidentó estaría en una categoría diferente, ya que su velocidad máxima sería de 250 kilómetros por hora. Pese a eso, la explicación técnica puede no ser suficiente para garantizar la participación de Renfe.
A pesar de que el consorcio formado por once empresas españolas públicas y privadas (Talgo, Indra, Adif, Ineco o Renfe entre ellas) partía como uno de los claros favoritos, el trágico accidente podría influir en la participación española en el concurso, en base a uno de los requisitos del mismo, que establece que sólo las líneas de alta velocidad que no hayan registrado accidentes mortales en los últimos cinco años tienen derecho a competir por el suculento contrato-China fue descalificada en base a esta norma.
Para evitar que esta regla suponga un problema para las empresas españolas, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo y varios trabajadores de Renfe -incluído su presidente, Julio González Pomar, han insistido en que el tren accidentado "no era" de alta velocidad. El propio Feijóo indicó este sábado que la alta velocidad a Galicia está en construcción, pero no finalizada, de forma que "mientras no concluya su conexión con Madrid", los trenes y las vías que se emplean "no pueden gozar de la calificación técnica que conlleva ese vocablo", matizó el líder del Partido Popular en Galicia.
Feijóo: "Es evidente que hay muchos intereses al respecto, incluso algunos intereses económicos".
Una declaración que contradice frontalmente lo argumentado por Fomento en una nota de prensa publicada cuando se inauguró este nuevo tramo (diciembre de 2011) titulada "Fomento pone en servicio la Línea de Alta Velocidad A Coruña-Santiago de Compostela-Ourense".
Y eso no es todo. Además de las contradicciones y cambios "de vocablos", es interesante la idea lanzada por el presidente de Galicia en relación a los intereses de otros concursantes por desacreditar al consorcio español y hacerse con el tren brasileño. "Es evidente que hay muchos intereses al respecto, incluso algunos intereses económicos por parte de determinadas empresas o de suministradores de alta velocidad, pero en Galicia sabemos perfectamente distinguir", ha afirmado en su intervención.
Feijóo ha demandado que la investigación en torno al accidente ferroviario que se ha cobrado la vida de al menos 78 personas se realice "en profundidad" y ha censurado que existan "algunos intereses económicos por parte de determinadas empresas o de suministradores de alta velocidad" porque España se presenta a "concursos internacionales de construcción de líneas de alta velocidad".
También ha certificado que "España en alta velocidad y en seguridad de alta velocidad es de los mejores países del mundo, aunque a algunos países les pueda no interesar este hecho". "No es una opinión política, sino técnica", ha remarcado Feijóo, quien también ha subrayado que se ha sentido "absolutamente asistido por todo el Gobierno", al cual no tiene "ningún reproche que hacer".
España es el segundo país del mundo en cuanto a kilómetros de vías de alta velocidad construidos se refiere, sólo detrás de China, que no puede participar en el concurso por haber registrado un accidente ferroviario con 33 víctimas mortales en los últimos años.
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