Este artículo se publicó hace 14 años.
La publicidad de los autobuses santiagueses, como dios manda
Vedada la promoción de un libro ateo durante la visita del Papa
Cuando el editor Eduardo Soto supo que el Papa visitaría Santiago de Compostela el próximo 6 de noviembre, se le hizo la luz. Era el momento idóneo para relanzar Adiós a dios, un ensayo de Fernando Montaña (entrevista con el autor) que pone el catolicismo en solfa. Elegido el escenario —una de las tres capitales, junto a Roma y Jerusalén, del cristianismo—, proyectó en su cerebro el soporte y se imaginó los autobuses urbanos de la capital gallega atestados de carteles promocionales del libro.
Contaba con un presupuesto de 2.500 euros, pero el dinero sería lo de menos. Tanto Artenosa, la empresa que gestiona la publicidad exterior de las líneas escogidas (7 y P7), como una de las empresas concesionarias del transporte echaron atrás el encargo.
"Era una manera de contestar al Papa, de apoyar el movimiento laicista y de dar el cante", asegura Soto, quien considera un "disparate" la negativa de la agencia. "No es una grave censura, sino algo que se realiza a diario. Se trata de un caso de ridícula censura autoimpuesta, porque tenemos grabado a fuego que opinar de Dios en un libro u ofender al Papa es una afrenta a todos los españoles", señala el editor de la obra, de la que sólo se ha hecho eco la prensa alternativa y el escritor Juan Goytisolo, quien en una tribuna lo catalogó como "un verdadero manual de pensar en libertad".
"Era una manera de apoyar el movimiento laicista y de dar el cante"Artenosa, sin embargo, se lava las manos y deja claro que ha tratado la propuesta "como otra cualquiera, sin prejuicios". Eso sí, antes de plasmar en los autobuses la imagen de un patadón al ojo divino encerrado en un triángulo equilátero, le pasaron "el arte final del anuncio" a las empresas concesionarias del transporte, que rechazaron la iniciativa.
Aucasa niega haber sido consultada, pero Autocares Mosquera lo corrobora: "Le dijimos que no". ¿La razón? "Una decisión empresarial", apunta uno de sus responsables. Soto, por su parte, cree que con la Iglesia ha topado: "El público considera que ya no ejerce ninguna presión para impedir las libertades; y piensa que es respetuosa e inocua. Sin embargo, cercena cualquier visión que difiera de la suya". Hablaríamos, según el editor de Adiós a dios, de una coacción en ocasiones sutil, interpuesta y a través de terceras personas, como ha ocurrido recientemente con el secuestro, por parte de su editorial, de la revista satírica Retranca, que criticaba el excesivo gasto que supone para las arcas públicas la visita papal.
El Ayuntamiento asegura que "jamás ha denunciado una campaña"El Ayuntamiento de Santiago, a través de su empresa de transporte urbano y la concejalía del ramo, ha aclarado que no le consta ninguna consulta sobre la campaña y que no hay orden de vedar determinados anuncios. "Se trata de actuar con sentido común", explica el edil socialista Carlos Nieves, mientras que el alcalde, Xosé Antonio Sánchez Bugallo, afirma que su postura es neutral y tolerante.
"Jamás se ha censurado una propuesta. Otra cosa es que las concesionarias tengan sus propios criterios y servidumbres", subraya el alcalde, quien opina que, en el hipotético caso de que se materializase, los autobuses ateos no perjudicarían la imagen de Santiago: "El centro histórico está cerrado al tráfico".
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