Este artículo se publicó hace 14 años.
El PSOE, "seguro" del apoyo a la reforma laboral
CiU, PNV y PP mantienen la incógnita sobre su posición
El futuro inmediato de la reforma laboral no se conocerá hasta el último minuto. Pese a los esfuerzos del PSOE, que pasó todo el miércoles manteniendo diferentes reuniones bilaterales con los principales grupos con representación parlamentaria, a última hora ni PP, ni CiU, ni PNV mostraron una postura clara sobre su respaldo al proyecto del Gobierno.
Los socialistas confían, no obstante, en que la propuesta del Ejecutivo saldrá este jueves adelante en la Comisión de Trabajo del Congreso.
El PSOE había presentado el martes 17 enmiendas transaccionales que endurecían la propuesta inicial, y que hacían pensar en un posible voto favorable por parte del PP. Entre otros asuntos, el texto establecía los supuestos que podrían aducir a las empresas para llevar a cabo despidos objetivos.
Pero los conservadores siguieron el miércoles sin dar su brazo a torcer en cuanto a su exigencia de que el texto otorgue a las empresas más facilidades para extinguir contratos. Después de horas de negociaciones, fuentes del PP explicaron que, "de momento", rechazan la propuesta, si bien "aún no está tomada la decisión". Seguirán negociando hasta que antes del mediodía de hoy se someta a votación el texto definitivo.
En esta misma línea se mostraron CiU y PNV. Los nacionalistas catalanes explicaron que la oferta del PSOE "no es aceptable, tal y como está", porque según indicaron, "no ofrece un mercado útil para crear y mantener empleo". Su portavoz en la Comisión de Trabajo, Carles Campuzano, insistió en que sus principales condiciones para dar su visto bueno a la reforma laboral siguen sin ser incluidas en el borrador de los socialistas.
Así, no se recogen "medidas para facilitar la flexibilidad interna de las empresas" a la hora de contratar nuevos empleados, no se aborda la posibilidad de una "contratación a tiempo parcial" y "no se combate el absentismo laboral". Sin embargo, la puerta hacia el entendimiento con el PSOE se mantiene abierta, si hoy se presentan "nuevos textos y propuestas".
El PNV fue todavía más ambiguo. Su portavoz de Trabajo, Emilio Olabarria, no quiso desvelar hacia dónde se decantará su voto pero insistió en que el texto gubernamental "tiene cosas buenas y malas". Entre estas últimas, echó en falta "más aproximaciones a las causas que podrían provocar un despido objetivo" y, sobre todo, "la no configuración de una estructura de negociación colectiva descentralizada".
En todo caso, Olabarria quiso dejar claro que la propuesta del Ejecutivo es "difícil de enmendar", porque se trata de "una ley compleja fruto de un desacuerdo enorme y del fracaso del diálogo social entre administración y sindicatos".
Quienes sí tienen claro que votarán en contra son los miembros del grupo de IU-ICV-ERC. Su portavoz, Gaspar Llamazares, indicó ayer que se encuentran "radicalmente en desacuerdo" con el Gobierno porque la propuesta "facilita y abarata el despido", mantiene "la precariedad de los trabajadores" e insiste en "la dinámica de privatización de los servicios de empleo".
Concesiones a la izquierdaLa negativa de la izquierda será tajante, pese a que el PSOE incorporó ayer varias enmiendas transaccionales, solicitadas por ellos, relativas a "temas formativos, de igualdad y de juventud", apuntó Llamazares.
Pese a todo, Jesús Membrado, el hombre de los socialistas en la negociación, afirmó estar "seguro" de que la reforma laboral saldrá adelante en el Congreso. El portavoz de Trabajo del PSOE reconoció que el apoyo "será más fácil de conseguir" a la hora de votar las distintas enmiendas, que cuando se decida sobre el informe general.
Asimismo, criticó que, durante la negociación, los grupos "han estado mirando con retrovisor a lo que hacían los demás en clara clave electoral".
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