Este artículo se publicó hace 13 años.
Programa online no ayuda a los niños a cuidar el peso
Por Genevra Pittman
Un estudio demostró que unaserie de ejercicios interactivos online para promover laalimentación saludable y la actividad física no impidió que ungrupo de alumnos secundarios de Holanda engordaran.
Este tipo de enfoque "parte de la idea de que un productono sirve para todos" cuando se trata de los mensajes de salud,dijo Mia Lustria, experta en intervenciones online de FloridaState University, Tallahassee, y que no participó del estudio.
"Se utiliza información personal y se elabora el mensajepara lograr una mejor relación y apelar directamente a lasactitudes y las creencias individuales."
El nuevo estudio incluyó unos 900 estudiantes de 20escuelas de Holanda. La mitad de los alumnos de 12 y 13 añosactuaron como grupo control, mientras que el resto realizó 8sesiones online en los siguientes meses.
Cada sesión era sobre un tema distinto, como bebidasdulces, frutas y verduras, y deportes. Incluía informaciónsobre los beneficios de comer mejor y hacer más ejercicio, eincluía una encuesta sobre los hábitos asociados con la salud yel deseo de mejorarlos. Luego, el programa ayudaba a crear unplan para hacer cambios positivos y cómo sostenerlos.
A los 4 meses, los adolescentes que habían participado delprograma FATaintPHAT dijeron que consumían menos bebidasazucaradas y que comían menos snacks y algo más de vegetalesque el grupo control.
Hubo poca diferencia en la cantidad de ejercicio que losalumnos hacían después de finalizar los ejercicios online,según publicó Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Dos años después, la cantidad de alumnos de ambos gruposcon sobrepeso u obesidad era similar (entre el 16 y 18 porciento). No hubo diferencia en el IMC promedio.
La autora del estudio, Nicole Ezendam, de ErasmusUniversity Medical Center, Rotterdam, al momento del estudio,señaló que los estudiantes no contaban con recordatoriosadicionales sobre lo aprendido en cada sesión. Tampoco teníanun entorno adecuado para sostener los cambios en el tiempo.
Las escuelas, opinó la autora, podrían resolverlo con másclases de gimnasia y una mejor calidad de la comida de lascafeterías.
Para generar cambios de largo plazo en la salud de losadolescentes, las escuelas tienen que concentrarse en"construir una sociedad promotora de conductas saludables",dijo Ezendam, que ahora trabaja en Tilburg University.
"La intervención que desarrollamos y probamos es unelemento dentro de esa sociedad. Necesitamos una comunidadsolidaria", añadió.
Para Lustria "la intervención individualizada es unaherramienta y un suplemento de un enfoque más holístico paramodificar esas conductas". Y agregó que el programa sólodebería ser más prolongado.
"Para aumentar la efectividad de este tipo deintervenciones, hay que seguir en contacto más allá de las 8sesiones para aprender las estrategias y no perder lamotivación", dijo a Reuters Salud.
Aun así "los resultados son bastante alentadores, concluyó.Las conductas asociadas con la salud son muy difíciles demodificar".
FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,online 7 de noviembre del 2011.
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