Este artículo se publicó hace 15 años.
Primeras dudas sobre la solvencia británica
La firma S&P amenaza con bajar la calificación de su deuda
Reino Unido puede pasar a formar parte en breve del grupo de los PIGS (cerdos en inglés), el calificativo que de forma algo despreciativa dieron algunos medios británicos a los cuatro países a los que la agencia de calificación de riesgos Standard & Poors rebajó la nota de su deuda pública a principios de este año: Portugal, Irlanda, Grecia y España.
Con una previsión para este año de caída de la economía del 4,1% y un déficit fiscal del 12,4% del PIB (en ambos casos peor que España), Reino Unido había conseguido mantener la máxima calificación crediticia. S&P, sin embargo, empieza a tener dudas sobre la fiabilidad de una de las mayores economías europeas y, sobre todo, respecto a los planes del Gobierno para salir de esta situación de "rápido deterioro de las cuentas públicas". Por eso, la ha situado en perspectiva negativa.
Lo más importante, no obstante, es que la decisión de S&P puede dificultar la recuperación de Reino Unido y la necesidad del Estado para captar en el mercado el dinero suficiente para hacer frente, entre otras cosas, al rescate de los bancos del país, que la agencia prevé que le costará hasta 145.000 millones de libras (165.000 millones de euros). Numerosos inversores, como las grandes fortunas soberanas de los Emiratos Árabes, tienen como norma sólo invertir en títulos de la máxima seguridad y a partir de ahora rechazarán comprar los británicos, como hacen con los españoles.
Aprietos para BrownEsta decisión pone en nuevos aprietos al Gobierno de Gordon Brown, muy castigado con el escándalo de las dietas de los diputados, y también al que puede ser su sucesor a partir del próximo año, el conservador David Cameron. S&P explica en su informe que rebajará definitivamente la calificación si tras las elecciones comprueba que el nuevo Gobierno no es capaz de situar las cuentas públicas en un lugar sostenible a medio plazo.
Consecuencia de esta decisión, la Bolsa de Londres registró ayer su mayor caída desde marzo. Perdió un 2,75%, al tiempo que la libra bajó hasta situarse en 1,1419 euros. La deuda británica también sufrió un castigo y elevó el diferencial con la alemana doce centésimas y se situó en 0,27 puntos.
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