Este artículo se publicó hace 16 años.
El primer ministro nipón llega a Rusia para preparar el G8 y abordar el contencioso de Kuriles
El primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, llegó hoy a Rusia para preparar la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) países más industrializados que se celebrará en la isla nipona de Hokkaido a principios de julio y abordar el contencioso sobre las islas Kuriles.
Según fuentes oficiales, Fukuda se entrevistará mañana, sábado, con los presidentes saliente, Vladímir Putin, y electo de Rusia, Dmitri Medvédev, que será investido el próximo 7 de mayo.
"El principal objetivo de la visita es establecer contactos personales con los dirigentes rusos. Con el fin de mejorar el diálogo para la firma del tratado de paz es necesario establecer relaciones de confianza", señalaron fuentes oficiales japonesas a la agencia rusa Interfax.
La segunda prioridad es preparar la cumbre del G8, en la que Japón quiere granjearse el apoyo de Rusia para su propuesta de dividir por sectores la planificada reducción de las emisiones de gases invernadero.
Fukuda también espera concretar con Moscú su reunión en Hokkaido con Medvédev, ya en calidad de presidente ruso, con el que firmará diversos acuerdos bilaterales.
Aunque no sea una de las prioridades, el primer ministro nipón abordará sin falta el asunto de las islas Kuriles durante su estancia de tres días en Moscú.
"Esperamos alcanzar un acuerdo para continuar el diálogo en este terreno con el objetivo de encontrar una solución mutuamente aceptable que se cimente en los acuerdos ya firmados", señaló la fuente.
Tokio volvió a reclamar la soberanía sobre las cuatro islas Kuriles del Sur, en manos de Rusia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, hace dos semanas durante la visita a Rusia del ministro de Exteriores nipón, Masahiko Komura.
"Japón defiende el principio de que las islas (Kuriles del Sur) son parte ancestral e inalienable de su territorio", aseguró entonces Kazuo Kodamo, portavoz de la cancillería nipona.
Tanto el actual primer ministro, Yasuo Fukuda, como sus predecesores, Shinzo Abe y Junichiro Koizumi, han abogado por entablar negociaciones para solventar el problema de la soberanía de los Territorios del Norte, como llaman en Japón a las Kuriles del sur.
Japón pide la devolución de la soberanía de las cuatro islas, en poder ruso desde el 2 de febrero de 1946, contencioso que ha impedido la normalización de sus relaciones durante la segunda mitad del siglo XX y la primera década del XXI.
Putin ha calificado de "incuestionable" la soberanía rusa sobre esas islas, aunque también se ha mostrado "dispuesto" a alcanzar "una solución negociada que satisfaga a los pueblos y gobiernos de ambos países".
El desencuentro radica esencialmente en que Rusia pretende primero firmar un tratado de paz que sustituya al armisticio que rige las relaciones entre ambos países desde la contienda mundial y sólo después abordar el asunto de las islas Kuriles.
Mientras, como aseguró en Moscú el portavoz de la diplomacia nipona, Tokio "vincula la firma del tratado a la solución del problema territorial".
En 1993 el presidente ruso Borís Yeltsin y el primer ministro nipón Morihiro Hosakawa firmaron la Declaración de Tokio, que dejaba abierta la posibilidad de negociar la soberanía de las islas.
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