Este artículo se publicó hace 14 años.
El primer ministro iraquí tendrá que forjar alianzas, si sale vencedor en los comicios
Los cálculos más optimistas excluyen la posibilidad de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, consiga la mayoría en las elecciones del domingo, por lo que, de salir vencedor, tendrá que negociar el poder con otras alianzas.
Fuentes políticas próximas a Al Maliki calculan que la coalición que dirige, el Estado de Derecho, obtendrá unos 100 de los 325 diputados que están en disputa, aunque el primer ministro confía en que pueda alcanzar los 120 escaños.
"El nuevo Gobierno dependerá de la mayoría política, no está excluida ninguna alianza si estamos de acuerdo con un programa político", dijo hoy a Efe el jeque Sayed Raadi Al Huseini, dirigente del partido Dawa, el grupo político del primer ministro.
Al Maliki, hace cinco años una figura política de bajo perfil, llegó al poder en abril del 2006 después de varios meses de negociaciones para buscar un primer ministro y tras descartarse candidatos de mayor peso.
Ahora, sin embargo, el primer ministro ha perdido parte de los apoyos políticos que tenía, incluyendo amplios sectores chiíes que se han dirigido principalmente a la coalición Alianza Nacional Iraquí (ANI), dominada por el principal grupo chií, el Consejo Supremo Islámico Iraquí.
No hay encuestas fiables en Irak que anticipen cuál podrá ser el voto del próximo domingo, pero, en la calle, los electores consultados se dividen entre la coalición de Al Maliki, la ANI y la alianza Iraquiya (Iraquí), encabezada por el ex primer ministro Iyad Alaui y el político suní Saleh al Mutlaq.
Ninguno de los dirigentes políticos consultados se atreven a vaticinar cómo quedará configurado el próximo Parlamento, pero todos ellos coinciden en que no habrá un claro vencedor.
"No va a haber una mayoría en esta elección. Posiblemente haya tres, cuatro o cinco bloques", dijo hoy a Efe Mizal al Alusi, máximo líder del partido independiente "Umma" (Nación), con dos escaños en el Parlamento y opuesto a los grandes bloques políticos.
Todo indica que Irak entrará en un escenario de negociaciones políticas parecido al que surgió tras las elecciones parlamentarias del 2005, que se prolongó durante varios meses hasta que Al Maliki fue designado primer ministro.
"Estamos intentando construir alianzas mayores que se unan al Estado de Derecho, con un sentimiento patriótico, y que estén dentro de nuestros objetivos y con la misma tendencia", sostiene el jeque Al Huseini, candidato a legislador en los próximos comicios, quien evitó precisar cuáles serían las alianzas más probables.
Al Huseini cree que la coalición de Al Maliki puede llegar a sumar entre 90 y 100 diputados. Un candidato independiente también incluido en la lista de Estado de Derecho, Azat al Shabandar, piensa que Al Maliki conseguirá entre 80 y 90 escaños.
"Creo que no habrá un claro ganador, y tomará tiempo formar gobierno, porque será muy difícil" sostiene Al Shabandar.
De momento, Al Maliki ha dado pocas pistas sobre cuáles pueden ser sus futuros socios en caso de que le toque negociar el poder, y sólo ha apuntado hacia la Alianza del Kurdistán, que suele prestar su apoyo a quien satisfaga los deseos de autonomía de esa región.
El partido Dawa, dirigido por Al Maliki, confía en que pueda repetir los resultados de las últimas elecciones municipales, en enero del 2009, en las que la coalición Estado de Derecho ganó en 9 de las 14 provincias iraquíes donde se celebró la votación.
Entonces, Al Maliki enarboló la bandera nacionalista, al calor de la negociación con Estados Unidos para fijar un calendario de la retirada de las tropas, pero el escenario político de ahora ha cambiado y en la campaña electoral están primando otros intereses.
"Al Maliki ha fallado en muchas cosas: en los servicios básicos, en la política exterior con los países árabes y también en la reconciliación con quienes no son parte del proceso", sostiene Al Shabandar.
A ello se une la corrupción, que ha convertido a Irak en uno de los países más corruptos del mundo, y la gran inseguridad en el país a causa de los actos terroristas y la violencia sectaria.
Al Maliki "es un hombre corrupto, con una estructura de mafia. No no puede ganar, y no va a ganar", afirmó el líder político independiente Al Alusi.
"No estamos listos para olvidar cuatro años de mentiras. Cuatro años sin financiación, sin servicios. Alguien que haya derrochado tanto dinero tendrá que ser castigado, y él recibirá su castigo", añadió.
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