Este artículo se publicó hace 13 años.
La prima de riesgo se dispara a pesar del acuerdo del Congreso
Los mercados obvian la decisión de España y el diferencial supera los 311 puntos básicos
¿Quién dijo calmar a los mercados? El argumento esgrimido para justificar la reforma constitucional hace agua desde el primer día. La prima de riesgo española cerró ayer en 311 puntos básicos, el nivel más alto desde que el BCE comenzó a comprar bonos de Italia y España, el 5 de agosto.
El debate y la votación del Parlamento español pasaron desapercibidos en unos mercados concentrados en problemas más cercanos. "¿La reforma constitucional? ¿Quién piensa en eso hoy?", comentaba ayer un gestor de Bolsa consultado por Público.
"A nadie le interesa una promesa de austeridad para 2020, cuando ninguno cumple las que tienen encima de la mesa", aseguraban los gestores de Bolsa consultados. Se referían a todos los países de la periferia del euro. De hecho, la causa de la subida del diferencial entre el bono español y el alemán (la prima de riesgo) estaba ayer del lado germano. El dinero se refugió en el bono alemán a diez años y su rentabilidad cayó a mínimos, por debajo del 2%, mientras que la española apenas se movió del 5,1%.
El pánico ante un resurgir de los problemas en Grecia y el esperpéntico espectáculo reformista en Italia, donde un día anuncian unas medidas que al día siguiente son retiradas, ha generado una situación en la que "los mercados ya no se creen nada". El riesgo país de Italia subió hasta 327 puntos básicos (16 puntos por encima del español) y el griego hasta 1.627 puntos.
Pero lo más grave no es que España esté gastando energía en medidas cuyo objetivo es más que difuso e incluso innecesario. Lo más grave es que está hipotecando la soberanía del país. "Tener una regla fiscal y una disciplina de gasto es muy acertado. Pero lo importante es cumplirla. Si España cumpliera los requisitos que actualmente impone Europa, los mercados estarían tranquilos de verdad. No hace falta ningún cambio constitucional", aseguran desde un gran banco de inversión internacional.
El ejemplo islandés
Lo que escandaliza incluso a los mercados es ese artículo 135. Decidir que pagar la deuda será una "prioridad absoluta", por delante de las necesidades básicas de sus ciudadanos, supone ceder un derecho fundamental de Estado. "Es escandaloso someterse de esta forma a la dictadura de unos pocos bancos de inversión. Esto significa que les dará igual si quebramos o no. Ellos serán los primeros en cobrar", comenta un broker. Porque como ellos mismos añaden, no es cierto que no haya otra solución: Islandia es el ejemplo y a ella no le castigan.
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