La policía tailandesa ordenó dispersarse a los miles de manifestantes antigubernamentales que han sitiado los aeropuertos, prohibiendo reuniones de más de cinco personas y advirtiendo a los infractores que serían encarcelados o multados.

Las tensiones aumentaron cuando miles de partidarios del Gobierno también se congregaron en la capital tailandesa, en su primera demostración de poder significativa desde que la Alianza para la Democracia del Pueblo (PAD) lanzara su "batalla final" el viernes para derrocar al primer ministro.

Los vuelos de salida y entrada del aeropuerto internacional Suvarnabhumi y los del Don Muang están paralizados desde la noche del martes y jueves respectivamente, debido al sitio del PAD.

La economía dependiente del turismo, que ya sufre por la crisis financiera mundial, se ha visto afectada seriamente.

Las ocupaciones en los aeropuertos son la más reciente escalada en la "batalla final" del PAD por derrocar al primer ministro, al que acusa de ser una fachada detrás de quien está el ex líder Thaksin Shinawatra.

Thaksin, quien es el cuñado de Somchai, fue derrocado en un golpe de Estado militar en 2006 y vive en el exilio.

Al menos 30.000 personas se reunieron para apoyar al Gobierno y a Thaksin.

"Amamos a Thaskin. Es nuestro héroe", decía una pancarta.

La Corte Constitucional ha actuado con una velocidad inusual para concluir para el martes un caso sobre fraude electoral, que muchos esperan que lleve a la disolución del Partido Poder Popular (PPP) de Somchai y de otros dos socios de su coalición.

"Es obvio que hay una interferencia en la justicia. Fue bien planificada y este es un golpe de Estado encubierto", dijo Veera.

Si la corte disuelve a los tres partidos, Somchai y otros líderes serán expulsados de la política y muchos ministros del Gabinete tendrán que renunciar.

El caos provocado por la ocupación de los aeropuertos ha creado rumores sobre un golpe de Estado militar, aún cuando el jefe del Ejército ha dicho que no asumirá el control.