Este artículo se publicó hace 13 años.
La policía golpea a un fotógrafo y a una joven
La actuación de la policía durante las cargas contra los manifestantes en las movilizaciones laicas de los pasados días 17 y 18, en la que miles de personas han salido a la calle en Madrid para protestar por la financiación pública de la visita del Papa, sigue despertando polémica.
Si ayer circulaban testimonios de periodistas que habían sido retenidos, hoy uno de los vídeos que circula por la Red muestra cómo una decena de policías antidisturbios agrede a una "niña" —así la califica uno de los agentes— y a un fotógrafo.
En la grabación se puede ver un grupo de cerca de diez agentes que avanza por una de las calles del centro de Madrid, cuando de pronto se oye el grito de una chica que les increpa. Entonces los antidisturbios cruzan la calzada en dirección a la joven. "Es una niña, es una niña", dice uno de los policías, que hace gestos hacia ella.
Acto seguido, los agentes se acercan hasta la chica y la rodean. Ella les encara verbalmente. "¿Qué pasa?", pregunta y, por respuesta, recibe un puñetazo en la cara, en el minuto 1:30. Tras la agresión, la chica comienza a gritar y es agarrada por su compañero, que la arrastra tratando de alejarla del lugar.
"Venga, a tomar por culo", le grita uno de los policías y, mientras el joven intenta llevarse a su compañera, éste sigue recibiendo golpes.
Pocos segundos después, cuando ya parece haber terminado todo, un fotógrafo que se encuentra a muy pocos metros del lugar recibe un porrazo de otros dos antidisturbios. En la calle la gente grita y silba a la policía para que pare.
El fotógrafo, Daniel Nuevo, queda tirado en el suelo y tras levantarse, muy asustado, logra a duras penas articular palabra ante la cámara que le graba. "Me han dado en la nuca y me han tirado al suelo", explica el joven, "me he quedado sin conocimiento un momento y no sentía nada".
En su entrada en el blog, Nuevo concluye que habían "intentado coartar mi libertad de expresión" tratando de quitarle las fotos que mostraban la "brutalidad" de los policías presentes. Al final, les lanza un mensaje: "Ha sido la primera paliza que recibo por informar y me temo que no será la última. Créeme cuando te digo que la olvidaré. Me has bautizado, y en esta confesión no apostata ni Dios".
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