Este artículo se publicó hace 15 años.
El PNV denuncia que el Supremo no está "cómodo"
Urkullu cree que por eso interviene Garzón para ilegalizar a la izquierda abertzale
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó ayer que sospecha que el Tribunal Supremo no está “tranquilo ni cómodo” con la impugnación de las listas presentadas por las plataformas Demokrazia 3 Milioi (D3M) y Askatasuna, y que por ello se ha seguido la vía penal por parte del juez Baltasar Garzón para suspender a dichas formaciones.
El líder del PNV hizo esta observación en una conferencia en Madrid, en el Foro Nueva Economía, en el que denunció, además, que el PNV está ante una “pinza” formada por el interés de ETA de “clandestinizar” a una parte de la sociedad vasca y por “la coalición PSE-PP”. A su juicio, el resultado de esa pinza puede ser el desplazamiento del PNV del Gobierno vasco.
Urkullu aseguró que hace un año ofreció un pacto para “refundar el Estado”, y que el PSOE optó por arrinconar la propuesta por cálculo electoral, ante la cita con las urnas en Euskadi. “La matemática, y más si se aplica mediante el subterfugio de la Ley de Partidos, no sustituye nunca a la política. Estoy seguro de que esos cálculos no van a funcionar”, agregó para, acto seguido, sentenciar: “Pase lo que pase el 1 de marzo, el día 2 el problema vasco estará esperándonos con toda su complejidad”.
“Pecado” de la Ley de PartidosUrkullu mostró su “preocupación” por la impugnación de las listas de D3M y Askatasuna, y denunció que “el pecado original” es la Ley de Partidos. Y acusó al Gobierno de usar esa ley para “alterar la fotografía de representación electoral en las instituciones”.
Durante la conferencia en Madrid, el presidente del PNV aprovechó la ocasión para subrayar su discurso en favor de buscar un nuevo pacto con el Estado que resuelva el conflicto vasco, porque “está claro que el actual modelo de relaciones es antiguo y unilateral”.
Sin aludir en concreto a la propuesta de consulta aprobada por el Parlamento vasco, afirmó que el “problema fundamental” no radica en las “competencias”, sino “en el reconocimiento de la capacidad de los vascos para hacer valer su voluntad y que se respeten los acuerdos alcanzados”.
Preguntado sobre por qué al tratar de los problemas del País Vasco no había hecho referencia a la falta de libertad por ETA, Urkullu replicó que no tiene que demostrar el “compromiso del PNV con el respeto a los derechos humanos. El PNV fue el primero y el único que en 1978 convocó una manifestación contra ETA”.
Sobre la izada de la bandera española en el Parlamento vasco el día anterior, contestó: “Yo me siento sólo vasco [...]. Se impone un emblema por encima de los sentimientos”.
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