El 22 de noviembre de 2021 la activista por los derechos humanos Justyna Wydrzyńska fue acusada en Polonia de "ayudar a un aborto" y de "posesión de medicamentos sin autorización con el fin de introducirlos en el mercado". Este viernes comienza el juicio en Varsovia y Amnistía Internacional ha querido denunciar el caso. 

"Deben retirarse de inmediato los cargos formulados contra la defensora de los derechos humanos Justyna Wydrzyńska, que podría ser condenada a hasta tres años de prisión por ayudar a una embarazada que necesitaba un aborto sin riesgos en Polonia", esgrimen desde la organización.

El caso de Wydrzyńska se inscribe en el marco de la política antiabortista que se lleva a cabo en el país báltico. Abortos no seguros, clandestinos, mujeres que se ven forzadas a marchar al extranjero para abortar o continuación de embarazos no deseados y de riesgo. Son los resultados de una ley que prohíbe 'de facto' abortar de forma segura y legal en Polonia.

"En un contexto de leyes perjudiciales sobre el aborto, las activistas como Justyna son esenciales para garantizar que las personas embarazadas en Polonia no tienen que correr el riesgo de someterse a un aborto inseguro que ponga en peligro su salud y su vida", lamentan desde Amnistía Internacional.

Según la citada organización, este caso representa un "intento escandaloso y deliberado" de aplacar el activismo en pro de los derechos de las mujeres en Polonia. Un intento que podría acarrearle a Wydrzyńska hasta tres años de prisión, ya que la legislación polaca en materia de aborto es la más restrictiva de Europa.

Según su ordenamiento jurídico, no es delito practicarse a sí misma un aborto o estar en posesión de píldoras abortivas para un aborto autogestionado, pero cualquier persona o profesional de la medicina que ayude a una persona embarazada a abortar fuera de los dos supuestos permitidos en la ley podría ser castigada penas de cárcel.