El secretario general del sindicato ultra Manos Limpias, Miguel Bernard, reconoce a Público que ha mantenido dos reuniones con Francisco Nicolás en los pocos meses que transcurren de 2015 a pesar de haberse sentido “damnificado” por el Pequeño Nicolás e intentar personarse en el procedimiento abierto en el juzgado de instrucción número 2 de Madrid.

Las reuniones tuvieron lugar en el bar Pequeña Habana, sito en la calle Pintor Rosales de Madrid, y en ellas Nicolás le ofreció “un DVD con grabaciones comprometedoras sobre políticos y empresarios y también destruir grabaciones sobre mí que tenía de las veces que nos habíamos reunido”.

Según ha declarado a Público Miguel Bernard, “no accedí al DVD que me ofrecía. Lo único que me facilitó fue la grabación entre los agentes del CNI y los de Asuntos Internos, en los que el comisario Marcelino hablaba presuntamente de lavar pruebas”.

A pesar de que el sindicato Manos Limpias ha intentado personarse como acusación popular y el propio Miguel Bernard como perjudicado a título particular, el juez Arturo Zamarriego aún no ha contestado a sus peticiones aunque sí ha dejado personarse al Sindicato de Policía Municipal de Madrid, a la Asociación de discapacitados y a Transparencia y Justicia. Fuentes judiciales apuntan a Público que Miguel Bernard podría acabar imputado en la causa, debido a los correos electrónicos que obran en el sumario sobre él y la abogada del sindicato, Virginia López Negrete, en los que se organiza una reunión en el restaurante Lucio, otra con el abogado de los Pujol Cristobal Martell, otrA sobre la petición como acusación en el caso Noos y las diferentes reuniones mantenidas con él y con otros implicados.

La relación

Para conocer la reciente relación entre Bernard y pequeño Nicolás hay que remontarse a diciembre de 2014. Francisco Nicolás Gómez Iglesias, confiado en que la información que tenía sobre políticos y empresarios es muy contundente, intenta organizar una reunión con Miguel Bernard, secretario general del sindicato Manos Limpias, personado como acusación popular en los casos que afectan a la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín o a Jordi Pujol.

Ya se conocían de antes. “Francisco Nicolás llega a mi vida en 2014 de la mano de José Luis Balbas y de Juan Munguira, que ocupa un cargo relevante en la CNMV. Dicen que tiene muchos contactos y que sería bueno contar con él para salvar España de los diferentes flancos judiciales que están abiertos”.

“Según Balbas y Munguira, Nicolás trabaja para el Gobierno y para el CNI. Balbas me dice que le conoce sólo hace cuatro meses, es decir, en 2014, pero ahora sé que me mintió porque obra documentación en el sumario que avala que se conocían al menos desde 2013”.

Después de estos encuentros, el veinteañero ahora imputado le ofrece servicios de guardaespaldas, vigilancia e incluso le llega a mostrar una grabación de audio en la que Miguel Bernard habla con su madre. Según ha sabido Público de fuentes de los Cuerpos de Seguridad del Estado, “Nicolás, ayudado de personas de su confianza dedicadas a la seguridad, pincha el teléfono fijo de Miguel Bernard y graba una conversación entre él y su madre que después le enseña dándole a entender que el CNI le tenía pinchado el teléfono cuando era falso”.

Según ha declarado el directivo de la CNMV Juan Munguira a la revistaVanity Fair, durante algunos meses de 2014 hubo reuniones entre Juan Untoria, abogado de la supuesta víctima de Nicolás e imputado por crear la red de blanqueo de capitales de la mafia rusa en el caso Petrov; su cliente y ex directivo del banco Santander, Javier Martínez de la Hidalga; José Luis Balbas, un ejecutivo de la empresa municipal Smartcity, Miguel Bernard y un miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Público le ha preguntado a Bernard sobre quién era ese miembro de los Cuerpos de Seguridad debido a que, como él reconoce, conoce al comisario Enrique García Castaño, envuelto estos días en la polémica del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, junto con el comisario José Manuel Villarejo a quien Nicolás menciona en su declaración y cuyo nombre aparece en sus anotaciones.